La noche del 22 de diciembre de 2010 el Teatre Apolo ha acogido el estreno oficial de HAIR LOVE & ROCK MUSICAL. Numerosos rostros populares y profesionales del género -como Nina, Lloll Bertran, Joan Lluís Bozzo, Joan Vives, Albert Guinovart o Roger Berruezo- no han querido perderse esta velada con espíritu hippie presidida por el símbolo de la paz, que cada espectador recibía en forma de colgante al entrar al teatro.

HAIR es mucho más que un musical, es un fenómeno social y cultural, una reafirmación exultante de la vida y de la libertad y un grito de protesta contra los políticos que, a finales de los años 60, enviaron a una generación de jóvenes americanos a la guerra de Vietnam.

Como ya demostró el excelente revival de Broadway dirigido por Diane Paulus en el 2008, HAIR mantiene viva su vigencia. Al igual que aquella, esta producción española dirigida por Daniel Anglès es fiel al libreto original, situando la historia en Nueva York, en 1967. El montaje mantiene el espíritu de los jóvenes de la época, presentándose como una vibrante, energética y alegre pieza de teatro en vivo.

La historia concebida por Gerome Ragni y James Rado se centra en le figura de Claude, hijo de unos estrictos padres que quieren que cumpla con su deber y sus obligaciones militares. Claude lucha por mantener sus sueños de libertad y continuar formando parte de su tribu hippie, en la que se encuentra atrapado en una sin igual relación entre la politizada Sheila y el anárquico Berger, pero el miedo a romper con lo establecido ganará la batalla y acabará alistándose a la armada.

El trío protagonista es interpretado por Joan Vázquez (Claude), Jordi Coll (Berger) y Julia Möller (Sheila). Los tres imprimen la personalidad requerida a sus personajes. Joan Vázquez brilla como Claude, que durante toda la función recorre una montaña rusa de emociones, desde la fuerza y la firmeza con la que reclama sus derechos en temas como “Sé vivir”, hasta la fragilidad que le hace mostrar su lado más débil y sensible en “No Tengo”. Junto a él, Jordi Coll presenta a un Berger desenfadado, seductor y desafiante; y Julia Möller ofrece una Sheila reivindicativa, sensible y carismática.

Pero la verdadera fuerza de HAIR está en su tribu, en la fuerza global de toda la compañía que arrasa sobre el escenario y consigue traspasar constantemente la cuarta pared con el público, interactuando con él en diversos momentos de la función –incluido el entreacto– y haciéndole también protagonista de la historia. Algo básico para poder compartir el espíritu de este musical.

Daniel Anglès ha mostrado su buen hacer en la dirección creando espíritu coral en la tribu, ofreciendo a cada uno de sus componentes su momento en el escenario, y logrando que las individualidades sean subrogadas a favor del conjunto global. También ha sabido utilizar herramientas para captar una mayor atención del público en todo momento, obteniendo un resultado redondo que convierte a HAIR en una atractiva propuesta para todo tipo de públicos.

Si HAIR pasó a formar parte de la historia del género es, además de por su temática rompedora y transgresora en el momento, por la fuerza de la partitura de Galt MacDermot, cuyos temas han trascendido al mismo musical. Canciones como  “Aquarius”, “Let The Sunshine In”, “Good Morning Starshine” o “I Got Life” tienen ya una vida propia que va más allá del espectáculo. Poder escuchar estos temas interpretados por una potente banda a las órdenes del director musical Sergi Cuenca, es un atractivo más, una razón más por la que este espectáculo debe convertirse en un imprescindible para todo amante de la música, del teatro, de la libertad… y de la VIDA.

La tribu de HAIR interpretando el tema "Acuario"