Una hora antes del inicio de la función la entrada del Teatro Coliseum ya era un espectáculo. Música de los 70, go-gos bailando, y decenas de personas que se detenían para contemplar lo que allí sucedía obligadas a continuar su camino por los municipales encargados de controlar que ese tramo de la Gran Vía no se colapsara.

A las 20.30h comenzaron a llegar los rostros conocidos que no quisieron perderse uno de los estrenos teatrales más destacados de la temporada. Entre ellos Rafa Méndez, José Luis Uribarri, Darek, Jacqueline de la Vega, Santiago Segura, y actores como Manuel Bandera, Enrique Sequero, Paula Sebastián, Roger Berruezo o Leandro Ribera, entre otros (disponible galería fotográfica del photocall en la sección Multimedia).

Si Stage ya convirtió años atrás el Nuevo Teatro Alcalá en el Kit Kat Klub para el estreno de CABARET, en esta ocasión tampoco ha escatimado esfuerzos para hacer del Coliseum la discoteca Odisea 2001. Las luces de ambiente cubren todos los rincones del aforo, y unas mesas de bar, con su respectiva barra, sustituyen las primeras filas de platea, para que los espectadores puedan sentirse completamente sumergidos en el ambiente discotequero del musical.

SATURDAY NIGH FEVER fue todo un bombazo cuando se estrenó en el West End el año 1998 con Adam Garcia como Tony Manero. Basado en la película homónima popularizada por John Travolta, la versión escénica resulta ser menos oscura, más familiar, con el objetivo que el público consiga evadirse de los problemas de su vida diaria y disfrutar de la historia de un joven neoyorquino del barrio de Brooklyn que lucha por conseguir sus sueños, a ritmo de una banda sonora discotequera con populares canciones de los Bee Gees.

El inicio del espectáculo es potente. El clásico “Stayin’ Alive” interpretado por toda la compañía arranca ya las primeras ovaciones de la audiencia. Juan Pablo Di Pace enfundado en los ceñidos trajes de Tony Manero lleva todo el peso de la función. Di Pace se luce especialmente en los momentos musicales, faltando por acabar de perfilar su acento de joven de barrio. A su lado están Isabel Malavia como Annete, quien ansía su amor, y Beatriz Ros como Stephanie Mangano, a quien Manero lucha por conquistar. Los tres forman el triángulo amoroso que centra la trama principal del musical.

Junto a ellos, la banda de amigos de Tony Manero -en la que destaca Guillermo Sabariegos como Bobby C, el joven que no encuentra su lugar en el mundo- y su familia, en la que Alberto Vázquez da vida al padre, Palmira Ferrer a la madre y Nacho Bergareche a su hermano.

Otro de los personajes destacados de FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE es Monty, a quien con gran acierto interpreta Zenón Recalde. Monty es el DJ de Odisea 2001 y hace las veces de narrador, además de ser el encargado de poner el punto cómico al musical.

En clave de divertimento, FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE remarca la importancia de la autoestima y de la confianza en uno mismo para conseguir hacer realidad tus sueños y poder alcanzar la felicidad. Trata también temas conflictivos como la violencia de bandas callejeras, el machismo o el aborto. Pero, sin ninguna duda, lo más destacado del musical son sus trepidantes coreografías a ritmo de la música de los Bee Gees. Karen Bruce, directora y coreógrafa de la producción, es gran conocedora de la pieza y ha conseguido transmitir al elenco el espíritu de la misma.

El público reconoce rápidamente los temas más bailables, como “Night Fever”, “Boogie Shoes” o “You Should Be Dancing”, y no puede evitar moverse en su butaca al ritmo de sus compases. Emocionan también las canciones más melódicas, como “Inmortality” o “How deep is your love”, que dan el tono romántico y tierno a la función.

Al final, tras poco más de dos horas, el público acabó en pie bailando con el remix que pone la guinda del espectáculo y que acaba por subir definitivamente la Fiebre en el Coliseum.