Las drag Queens de LA CAGE AUX FOLLES ya no están solas en el West End. Por suerte la pluralidad social se hace patente también en los escenarios y los productores londinenses han apostado por un nuevo musical que defiende y trata sin reparos el travestismo y la homosexualidad para ocupar uno de los principales teatros de la ciudad, el Palace Theatre.

Un imponente zapato de tacón blanco preside la marquesina principal del Palace invitando a entrar en el territorio de PRISCILLA, QUEEN OF THE DESERT, donde las plumas, las lentejuelas, los zapatos de plataforma, la música disco y los cocktails son los protagonistas.

El hall del teatro y un gigante pintalabios en medio del escenario ya preparan a la audiencia para lo que va a presenciar durante las siguientes dos horas y media, un espectáculo genuinamente divertido y entrañable donde la “extravaganza” será un ingrediente básico.

PRISCILLA QUEEN OF THE DESERT THE MUSICAL está basado en la película australiana ‘Las Aventuras de Priscilla’, que se convirtió en un éxito de taquilla en medio mundo en 1994, siendo catalogada como una de las mejores comedias dramáticas de los años noventa.

Stephan Elliot, guionista y director de la película, es co-autor del libreto del musical junto al guionista británico Allan Scott, quien al ver el filme tuvo la idea de trasladar la historia a los escenarios y se convirtió en uno de sus principales impulsores. El musical vio la luz en Australia en el 2006 y se convirtió en uno de los espectáculos más exitosos de la historia del país.

Los autores del libreto han resuelto con habilidad la difícil tarea de trasladar a escena el concepto de “Road-Movie” contando con el apoyo inestimable de una escenografía presidida por el imponente autobús que da nombre al espectáculo y con el recurrente suelo rotatorio ya utilizado en espectáculos anteriores del Palace Theatre, como LES MISÉRABLES o THE WOMAN IN WHITE. El autobús se erige en uno de los protagonistas del espectáculo junto al deslumbrante vestuario creado por Lizzy Gardiner y Tim Chappel. A pesar de todo ello, se echa en falta una mínima recreación de los magníficos paisajes del desierto australiano, uno de los puntos destacados del filme.

El estreno de PRISCILLA en Londres supone el retorno a los escenarios del australiano Jason Donovan, icono pop adolescente de finales de los años 80 que debutó en el West End con JOSEPH & THE AMAZING TECHNICOLOR DREAMCOAT. En esta producción interpreta a Tick, un hombre al que le apasiona el baile y el music hall, que acepta la invitación de su ex-mujer y propone a sus amigos Bernadette y Adam (interpretados por Tony Sheldon y Oliver Thornton) iniciar un viaje, a través del desierto australiano, desde Sydney hacia Alicia Springs –ciudad situada en el centro de Australia– para presentar allí su espectáculo de cabaret drag. Inician así un periplo de dos semanas, con música sonando a toda pastilla y el autocar (bautizado como Priscilla) repleto de un llamativo vestuario y zapatos de plataforma.

Juntos no sólo tendrán que sobrevivir al desierto que van atravesando, sino también mantener su propia identidad cultural, relacionada directamente con la cultura gay, allí donde se desplazan al tiempo que encontrar la estabilidad emocional. Esta cuestión es planteada de una forma más directa a través del personaje interpretado por Jason Donovan, padre de un hijo al que va a conocer y que desconoce su identidad sexual. Este encuentro entre padre e hijo mantendrá alerta a Tick, temeroso de no ser aceptado o de provocar una decepción en el menor. La ironía reside en la innecesaria inquietud creada en éste, ya que su hijo no sólo admitirá la naturaleza de su padre, sino que admirará su labor como artista.

Entre el trío protagonista destaca sin duda Tony Sheldon, actor, cantante,escritor y director australiano que tuvo que asumir el difícil reto de crear el personaje de Bernadette ya en la producción original, enfrentándose a las comparaciones con la recreación del mismo que hizo en la película Terrence Stamp. Estos años de relación de Sheldon con su personaje transexual se reflejan en el escenario, donde el actor se erige en el líder de la función ante un Donovan del que se espera más energía y un Thornton extremadamente exagerado como Felicia.

Junto al trío protagonista destaca Clive Carter como Bob, el hombre que conseguirá cautivar a Bernadette devolviéndole de nuevo el amor, y el trío de Divas: Zoe Birkett, Kate Gillespie y Emma Lindars, quienes interpretan magistralmente gran parte de los temas principales del musical que son cantados en versión playback por los tres Drag Queen protagonistas.

PRISCILLA ofrece un antídoto de alegría y energía en un mundo invadido por la violencia. Y lo hace desde el primer momento, cuando las tres divas descienden suspendidas en el escenario con vestidos plateados interpretando el carismático “Downtown” de Petula Clark. El director del montaje Simon Philips ha cambiado algunas de las canciones de Abba utilizadas en la película por canciones disco de las décadas de los 80-90, muchas de ellas convertidas en himnos gay. Destacan entre ellas el tema Venus” popularizado por Bananarama “, “Go West” de Village People y, sobretodo, el emblemático “I Will Survive”. Resulta también curioso contemplar el homenaje que hacen en el espectáculo a Kylie Minogue –artista australiana que inició su carrera al lado de Jason Donovan– a la que hacen referencia en más de una canción y de quien interpretan un medley.

En estos complicados tiempos es difícil prever el éxito de un espectáculo, pero un público en pie totalmente entregado al final de la función augura al musical un buen futuro en el West End. De momento los productores acaban de anunciar que han extendido el periodo de venta de entradas hasta el 13 de febrero de 2010… y es que PRISCILLA tiene intención de mantener durante mucho tiempo su reinado en el Palace Theatre.

Jason Donovan (Tick), Oliver Thornton (Adam) y Toni Sheldon (Bernadette)