"Desearía poder hablaros sobre el Sur del Pacífico...". Así empieza James Michener sus `Tales of the South Pacific´, para continuar evocando  las selvas, el océano, los arrecifes, las noches de luna llena y, sobretodo, las personas que habitaban en ese remoto lugar del mundo. El revival de SOUTH PACIFIC que se representa en el Vivian Beaumont Theatre de Nueva York recibe al público con una proyección de estas palabras en una enorme pantalla, y sirve para introducir al espectador en el lugar paradisíaco donde se desarrolla la historia del musical.

El sábado 13 de junio el montaje de SOUTH PACIFIC producido por el Lincoln Center celebra su función número 500. El revival se estrenó oficialmente el 3 de abril de 2008 (con funciones previas desde el 1 de marzo) bajo la dirección de Bartlett Sher. El reto que se propuso llevar a cabo Sher con este montaje era conseguir trasladar al siglo XXI, sin perder su esencia, a este clásico de Rodgers y Hammerstein que con el tiempo se ha convertido en uno de los espectáculos más queridos e icónicos del teatro americano contemporáneo.

La trama de SOUTH PACIFIC sitúa en un mismo espacio a una serie de seres extraños entre sí a quienes el destino hace coincidir, y convivir, en una idílica isla de la Polinesia  durante los días de la Segunda Guerra Mundial: El dueño francés de una plantación, una enfermera procedente de la América profunda, una nativa de la isla que vende unos peculiares souvenirs y su bella hija, un teniente involucrado en una misión de espionaje que puede cambiar el curso de la guerra, etc.  A través de las relaciones que se establecen entre todos ellos SOUTH PACIFIC trata temas como los prejuicios raciales, los conceptos de heroísmo y cobardía en tiempos difíciles, la guerra, la soledad o la nostalgia. Un excelente elenco, en la actualidad encabezado por Laura Osnes y Paulo Szot, dota de emoción y color a los personajes de la obra, haciéndolos reales y consiguiendo que la audiencia los sienta cercanos a pesar de que su historia se sitúa lejos en el tiempo y en el espacio. Bartlett Sher, además, ha logrado crear un montaje para nada anclado en el pasado. Las escenas fluyen una tras otra de forma muy natural, logrando un conjunto orgánico que hace que las tres horas que dura el espectáculo no se hagan en absoluto aburridas.

La empatía del público con SOUTH PACIFIC también se debe en gran medida a la excelente banda sonora del musical. Richard Rodgers (música) y Oscar Hammerstein II (letras) crearon para esta historia acerca de la intrusión militar en el paraíso poderosos temas, algunos de los cuales han trascendido al propio espectáculo. SOUTH PACIFIC contiene canciones románticas ("Some Enchanted Evening", un dúo entre el dueño de la plantación Emile de Becque y la enfermera Nellie Forbush), canciones de sentimientos agridulces ("You´ve Got To Be Carefully Taught", interpretada por el teniente Cable cuando se enfrenta a sus prejuicios raciales tras haberse enamorado del la nativa Liat), bellas canciones evocadoras del paraíso ("Bali´Hai), y también canciones cómicas ("Honey Bun" , "I´m Gonna Wash That Man Right Outa My Hair", ésta última interpretada en una divertida escena por el personaje Nellie Forbush y el resto de enfermeras en las duchas). De principio a fin, el musical está repleto de buenas canciones que exploran grandes emociones humanas con una sencillez aplastante.

Otro punto destacado del revival de SOUTH PACIFIC que se puede ver en el  Vivian Beaumont Theatre es la escenografía, obra de Michael Yeargan. A modo de paralelismo con la trama del musical, el inicio presenta un espacio abierto y puro, sin elementos superfluos de ningún tipo: tan solo el azul intenso de un lugar donde el cielo se encuentra con el mar, y un montículo de arena con una palmera al fondo. A partir del momento en que llega la avioneta con los militares estadounidenses y estos toman la isla, el escenario se llena de movimiento y se van revelando los sucesivos decorados y elementos de attrezzo que recrean con acierto la ocupación de la isla. La forma del Vivian Beaumont Theatre, a modo de anfiteatro circular donde el escenario está abajo y el público en un nivel superior,  también contribuye a potenciar la escenografía, pues la visibilidad es magnífica desde cualquier punto del auditiorio.

El revival de SOUTH PACIFIC supone la producción número 120 en la historia del Lincoln Center. Tras su estreno, el musical cosechó grandes críticas y se hizo con 7 premios Tony en el 2008, entre ellos el de mejor Mejor Revival de un Musical. El público, integrado en gran medida por espectadores de edad media - alta, también ha otorgado su beneplácito a este montaje que tras 500 funciones sigue gozando de buena salud.

Paulo Szot, Laurissa Romain, Luka Kain y Laura Osnes en una escena de SOUTH PACIFIC