Dado el éxito mundial del musical MAMMA MIA!, su salto a la gran pantalla era más que previsible. Su estreno en pleno verano confirma el espíritu festivo de dicho acontecimiento, una fiesta que cuenta con la banda sonora más popular y recurrida de los años dorados del pop sueco. Y es que las celebradas y archifamosas composiciones de Benny Andersson y Björn Ulvaeus (quienes, por cierto, hacen un brevísimo cameo en el filme) dan vida a una historia concebida por Catherine Johnson e impulsada por la productora Judy Craymer. A pesar de que Craymer les aseguró que el musical no sería un tributo a ABBA ni explicaría la historia del gupo, Andersson y Ulvaeus eran reacios a permitir que sus canciones dieran forma a una obra de teatro. Los compositores querían que, sobre todo, el musical tuviera una historia original y divertida, una trama que pudiera funcionar más allá de las pegadizas partituras que les habían hecho triunfar en todo el mundo. Cuando Catherine Johnson diseñó las bases de la historia gracias a una cuidadosa selección de los éxitos del grupo, los músicos se rindieron y dieron luz verde al proyecto.

Estrenada el 6 de abril de 1999 en el teatro Prince Edward de Londres, MAMMA MIA! narra las peripecias de Sophie, una joven a punto de contraer matrimonio que desea que sea su padre quien la acompañe hasta el altar. El problema es que son tres hombres los posibles candidatos, y ni siquiera Donna (la madre de Sophie) sabe a ciencia cierta quién es el afortunado. Este es el punto de partida de una historia que, muy inteligentemente, une a dos generaciones para justificar el aire inevitablemente retro del sonido de ABBA. Mientras que para la generación de Donna las canciones de Andersson y Ulvaeus conforman la banda sonora de su vida, para la generación de Sophie son simplemente una oportunidad de oro para disfrutar de la buena música y convertir la isla griega de Kalokairi, donde transcurre la acción, en una discoteca con privilegiadas vistas al mar. Así, mientras la hora de la ceremonia nupcial se acerca, éxitos de todos conocidos como “Honey, Honey”, “Money, Money, Money”, “Dancing Queen”, “Chiquitita”, “Super Trouper”, “Gime! Gime! Gime! A Man After Midnight”, “The Winner Takes It All” o la que da título al filme, “Mamma Mia!”, se van desgranando a lo largo de una película que habla sobre el amor, las relaciones entre padres e hijos, la amistad y los sueños de juventud que sólo se cumplen a veces.

Meryl Streep (Donna) y Amanda Seyfried (Sophie)

Además de las famosísimas canciones de ABBA, en MAMMA MIA! hay otro punto clave a destacar: el reparto. Meryl Streep encarna a Donna, dotando a su personaje de intensidad, carisma y sentido del humor. Sus tres galanes son nada más y nada menos que Pierce Brosnan, Colin Firth y Stellan Skarsgard, mientras que Amanda Seyfried y Dominic Cooper interpretan a los jóvenes novios. Streep siempre había sido la intérprete soñada por Craymer, y aceptó encantada porque tenía ganas de hacer un musical. La versátil actriz no tiene una voz digna de hacer carrera musical, pero aprueba con nota gracias a su derroche de energía y a su gran talento interpretativo. Brosnan también hace sus pinitos como cantante, supliendo con simpatía y aplomo sus carencias vocales.

La directora del musical, Phyllida Lloyd, se ha puesto detrás de la cámara para llevar MAMMA MIA! a la pantalla grande. Reconocida directora de ópera y teatro, Lloyd sabe cómo retratar un número musical y mueve la cámara con buen pulso, logrando que no sólo seamos espectadores de la acción sino que, además, nos ofrece el punto de vista de algunos personajes y nos hace partícipes de la escena. Los números con coreografías corales que utlizan a los habitantes de la isla como cuerpo de baile son quizá los momentos menos afortunados del filme, pero el tono general de la película está bien captado y logra que este divertimento sea espectacular, divertido, refrescante e incluso emotivo en sus secuencias más dramáticas.

Hacer un musical cinematográfico en el siglo XXI no es tarea fácil. Los musicales de nueva ola optan por integrar las canciones en la diégesis de la historia, intentando que la irrupción de la música sorprenda lo menos posible al espectador. Es el caso de dramas realistas como la laureada ONCE, donde un músico callejero se expresa gracias a sus canciones tocadas a piano y guitarra. MAMMA MIA! no toma este camino. Al contrario, no esconde la parte más artificiosa que caracteriza al género e incluso juega con la misma en más de una ocasión. El público que entre de lleno en el juego no saldrá decepcionado, si bien los más escépticos puede que encuentren excesiva alguna licencia de realización. Sin embargo, la película no defrauda y está a la altura del musical, lo cual es de por sí un logro más que considerable.

Producida por Playstone, la compañía de Tom Hanks, MAMMA MIA! cuenta con vestuario de Ann Roth, coreografía de Anthony Van Laast, fotografía de Haris Zambarloukos y montaje de Lesley Walker.

Cuando MAMMA MIA! se estrenó en el Winter Garden de New York, el New York Post publicó una crítica que utilizaba una frase que desde ese momento quedó asociada con el musical y que es un consejo perfecto para todos aquellos que vayan a ver la película: “dejad que os invada la alegría”.

Julie Walters (Rosie), Meryl Streep (Donna), Christine Baranski (Tanya)