El director John Doyle y el prestigioso teatro del Off-West End londinense dirigido artísticamente por David Babani –la Menier Chocolate Factory- han cruzado sus caminos para presentar el estreno europeo de ROAD SHOW, el último musical de Stephen Sondheim.

ROAD SHOW supone el cuarto Sondheim en la carrera de Doyle como director, tras sus éxitos en las puestas en escena de SWEENEY TODD, COMPANY y MERRILY WE ROLL ALONG; y supone, también, el tercer Sondheim de la Menier tras los aclamados SUNDAY IN THE PARK WITH GEORGE y A LITTLE NIGHT MUSIC. Estas dos producciones nacidas en la Menier fueron transferidas al West End y, posteriormente, a Broadway.

La pieza que ahora se presenta no ha tenido un camino fácil y, siguiendo la línea de re-escritura de muchos espectáculos, ha vivido diversas etapas. Con libreto de John Weidman, con quien Sondheim ya colaboró en PACIFIC OVERTURES y ASSASSINS, el musical fue escrito en 1999. Su primer nombre fue WISE GUYS; en el 2003 se estrenó en Chicago bajo el título de BOUNCE; y finalmente en el 2008 se estrenó en el Off-Broadway con el nombre de ROAD SHOW.

En muchos sentidos ROAD SHOW es un típico musical Sondheim. Las letras son irresistiblemente inteligentes y contiene conmovedoras melodías con inesperados cambios de tono, pero, en este caso, la historia –las hazañas de los hermanos Mizner y su lucha por lograr el sueño americano a finales del siglo XIX y principios del siglo XX– puede resultar lejana y poco cautivadora, a ciertos niveles, para el espectador.

A pesar de ello la producción de John Doyle es brillante en su ejecución. El director ha situado el escenario en un largo pasillo que divide al público a dos bandas, integrándolo como parte de la historia, con los intérpretes situándose entre él en ciertos momentos. La puesta en escena es dinámica con los quince miembros que integran el elenco moviéndose hacia uno y otro lado constantemente, tratando de captar, así, más la atención del espectador.

Los personajes centrales de la historia de ROAD SHOW, los hermanos Addison y Wilson Mizner, son interpretados por Michael Jibson y David Bedella. Ambos capturan la profundidad de sus personajes, mostrando brillantes actuaciones. Mientras Jibson da vida al hermano más talentoso y sensible, Bedella interpreta al enérgico y caradura Wilson, despuntando incluso con un número de claqué. Junto a ellos destaca Jon Robyns como Hollis, el amante de Addison, que ofrece una elegante actuación. Su dueto “You” / “The Best Thing That Ever Have Happened” con Jibson –uno de los más conmovedores duetos de Sondheim– es el momento más brillante del espectáculo.

A pesar de todo el talento y la calidad involucrada en la producción, ROAD SHOW es un espectáculo al que puede resultar complicado sentirse próximo emocionalmente a lo largo de los 95 minutos en los que se ha condensado la extensa trama. De lo que no hay ninguna duda es que la producción de la Menier es brillante y elegante. Una apuesta segura que ningún acérrimo admirador de Sondheim debería perderse.