THE FANTASTICKS ha vuelto al West End coincidiendo con su 50º aniversario en el Off-Broadway. El japonés Amon Miyakoto presenta una nueva puesta en escena del espectáculo con una estética más actual con el objetivo de acercar este histórico musical al público más joven.

Con música de Harvey Schmidt y libreto y letras de Tom Jones, THE FANTASTICKS es una fábula moral. A través de una historia de amor aparentemente sencilla, el musical hace reflexionar al espectador sobre varios temas.

La construcción de barreras sociales centra el primer acto. Los padres de los jóvenes Matt y Luisa construyen un muro entre sus jardines para separar a sus hijos, sabiendo que si ponen dificultades a su encuentro será más fácil que se enamoren, dado el hecho habitual de que los hijos quieran saltarse las normas establecidas por sus padres.

En el segundo acto se plantea la tendencia a ponernos máscaras, a través de las cuales cada uno ve el mundo bajo su propia realidad, evitando ver el dolor ajeno y estableciendo una realidad paralela que nos permite vivir en la inopia. A través de estas máscaras Luisa no ve el dolor de Matt al separarse de ella para intentar descubrir un nuevo mundo; y no será hasta que se las quite cuando descubrirá el sufrimiento real de su amado y se dará cuenta que en el amor no todo siempre es de ensueño.

El personaje principal de THE FANTASTICKS es El Gallo, que hace las veces de narrador de la historia, y conduce a los protagonistas por su particular viaje de fantasía. En esta nueva producción londinense del musical, El Gallo es interpretado de manera brillante por Hadley Fraser, sin duda el actor más destacado del reparto. La versión que hace del popular tema de obertura “Try to Remember”(la canción más versionada del musical) es uno de los momentos álgidos del montaje, y consigue que el público entre con buen pie a la historia, aunque luego se distancia en ciertos momentos, quizás debido a que éste es un espectáculo íntimo más adecuado para teatros de menor capacidad que el Duchess, que proporcione mayor proximidad entre público e intérpretes.

Del resto del elenco –el más pequeño de cualquier otro musical actualmente en cartel en el West End– brilla también con luz propia Lorna Want (EVITA, ROMEO AND JULIET) como la dulce y cándida Luisa. El público también cae rendido a los pies de Edward Petherbridge como Henry, el viejo actor de comedia que provoca los momentos más hilarantes de la función en compañía de su inseparable Mortimer, papel interpretado por Paul Hunter.

El director Miyakoto ha apostado también por un elenco multirracial, aportando un elemento más diferencial respecto al montaje original, seleccionando a Clive Rowe para interpretar el personaje de Hucklebee y al debutante Luke Brady para dar vida a su hijo Matt. Rowe junto con David Burt forman una pareja de padres carismáticos y divertidos, luciendo especialmente en las escenas compartidas como en el tema “This Plub Is Too Ripe”. Completa el elenco de Carl Au como The Mute, que tiene el difícil cometido de comunicarse a través de la danza y del lenguaje corporal, y que lo cumple a la perfección.

Una de las novedades más destacadas de esta puesta en escena son las nuevas orquestaciones creadas por Jason Carr. Mientras que en el montaje original la música la ponen un piano y un arpa (con algunos elementos de percusión),en esta nueva producción la banda musical consta de cinco músicos (piano, teclados, arpa, violoncelo y percusión) dirigidos por Tom Deering, aportando un sonido mucho más actual al espectáculo.

Otro de los elementos innovadores de esta producción es la escenografía, o más bien la falta de ella, ya que queda reducida a una plataforma romboide inclinada con iluminación en los bordes. Esta sencillez enfatiza aún más si cabe la importancia que da el director a la pieza en sí, sustentada por una esmerada interpretación.

Si THE FANTASTICKS ha permanecido 50 años en cartel en Nueva York es por la efectividad de su banda sonora, canciones como la citada anteriormente “Try to Remember” o como “I Can See It” (cuya melodía recuerda a ciertos fragmentos de la partitura de WEST SIDE STORY) permanecen en la memoria histórica del espectador a pesar del paso de los años; y por la sencillez, efectividad y cercanía de una historia de amor cuya principal moraleja es que hay que saber aceptar la realidad tal como es.

La producción de Amon Miyakoto mantiene el espíritu y la esencia de THE FANTASTICKS innovando su puesta en escena. Una atractiva y arriesgada propuesta que pretende que el espectáculo consiga cautivar al público británico en esta ocasión.

El reparto principal de THE FANTASTICKS en una escena del espectáculo