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Ivan Labanda: “Estar en LA BELLA Y LA BESTIA es un regalazo”

28/12/2009
Protagonista de musicales como QUÈ, EL NOU MUSICAL o EL MIKADO, Ivan Labanda se incorporó a la compañía de LA BELLA Y LA BESTIA en su segunda temporada en Barcelona como cover de Lumière.

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Desde los 13 años la vida de Ivan Labanda ha estado ligada al teatro musical. Tras su participación en NOU MEMORY en 1992, ha trabajado en otros musicales como UN COP MÉS... UNA MICA DE MÚSICAL y CASTA DIVA de El Musical Més Petit; ADÉU A BERLIN, GAUDÍ, EL MUSICAL DE BARCELONA, LA GENERALA, o NO SÓN MANERES DE MATAR UNA DONA. Sus últimos trabajos en el género fueron la reposición de EL MIKADO de Dagoll Dagom y QUÈ, EL NOU MUSICAL de Àngel Llàcer, Manu Guix y Álex Mañas, donde interpretaba al profesor Josep.

A pesar de su juventud, Ivan Labanda cuenta con una intensa trayectoria profesional, en la que ha participado en más de veinticinco montajes teatrales; en varias series y programas de televisión, entre ellos ‘Porca Misèria’ y ‘Leonart’; y ha doblado más de una veintena de películas, las últimas ‘Planet 51’, ‘Lluvia de Albóndigas’ y ‘Donde Viven Los Monstruos’. Además, este año ha debutado en la dirección con el espectáculo ‘Fashion, Feeling, Music’ de Josep M. Mestres y Lluís Hansen.

Ivan Labanda se incorporó el pasado mes de octubre a la compañía de Barcelona de LA BELLA Y LA BESTIA como cover de Lumière en la segunda temporada del espectáculo en el Barcelona, que finalizará su estancia en el BTM el 10 de enero de 2010. Hablamos con el joven actor catalán sobre este trabajo y sobre su amplia trayectoria artística.

¿QUÉ SUPONE PARA TI HABERTE INCORPORADO AL ELENCO DE ‘LA BELLA Y LA BESTIA’ ESTA SEGUNDA TEMPORADA?
¡Supone trabajo! (risas) Me han dado la oportunidad de ser cover de Lumière, que es uno de mis personajes favoritos, tanto de las películas de Disney, como del musical. Supone, también, pasármelo bien y volver a una producción grande. LA BELLA Y LA BESTIA me recuerda bastante a cuando hice GAUDÍ. Es una macro compañía con mucha gente muy distinta en la que aprendes muchas cosas y, afortunadamente, la relación entre la compañía es excelente. Además, en Navidades siempre apetece un poco más hacer un espectáculo así. Después de este año 2009, que creo que para todos ha sido raro, es muy satisfactorio hacer un espectáculo tan abierto, tan divertido y rodeado de esta gente maravillosa. Ahora mismo es un regalazo estar en LA BELLA Y LA BESTIA.

ASÍ QUE TUS COMPAÑEROS TE HAN RECIBIDO BIEN… PORQUE PUEDE RESULTAR COMPLICADO INCORPORARSE A UNA COMPAÑÍA QUE LLEVA TIEMPO TRABAJANDO EN UN ESPECTÁCULO…
Sí, es como entrar en un tren en marcha. Te planteas “¿cómo voy a encajar?”. A muchos los conocía de producciones anteriores o de la profesión, y a muchos otros no… Creo que cuando te incorporas a una compañía nueva tienes que entrar abierto a todo lo que haya e intentar ser un poco camaleónico, intentar amoldarte a lo que ellos tenían para que para ellos también sea menos traumático recibir a alguien nuevo. Pero siempre pasa que recibir a gente nueva para ellos es como un soplo de aire fresco, representa nuevas motivaciones. Al final, la fusión ha sido muy interesante. Estoy muy contento.

¿CUÁL ES LA PRINCIPAL DIFICULTAD DE SER ‘COVER’ DE UN PERSONAJE?
La principal dificultad es que te pueden decir que tienes que hacer el personaje el mismo día. En mi caso he tenido la suerte de haber podido hacer de Lumière cuatro veces hasta ahora. Ensayé cuatro días. Te encuentras con que, por mucho ensayo que hagas, hasta que no lo haces con público, no sabes qué es “el Festín”, que son siete minutos y medio de estar dándolo todo… ¡Es muy bestia! Tanto fue así que el día que estrené estaba al 200% porque tenía que estar pendiente de todo, tenía los brazos que no podía más con los mecheros gigantes, y me dejé las réplicas que venían después, porque estaba flipando. En la segunda función ya controlas más. Supongo que también el haber tenido la suerte de haber trabajado tanto como hasta ahora me ha dado las herramientas suficientes para adaptarte a una compañía y estar abierto a todo. Por eso creo que la dificultad máxima es no saber cuándo vas a salir a hacerlo. El resto es hacer tu trabajo. Y tu trabajo es estar preparado para salir y hacerlo siempre lo mejor posible.

¿Y CUANDO NO INTERPRETAS A LUMIÈRE?
Soy el fantástico tenedor (risas), codiciado por todos los artistas de este país (risas). Estoy haciendo de tenedor y de pueblo. Para mí LA BELLA Y LA BESTIA representa un cambio de chip después de hacer QUÈ, que fue el último musical que hice. Era un musical de creación y para mí supuso muchas cosas: fue mi primer protagonista dramático en un musical grande y me supuso un trabajo muy muy intenso... Salir de QUÈ me costó bastante. Incluso hoy día no puedo ni escucharlo, porque tengo una conexión brutal con el musical y con todo su proceso de creación. Es como haber tenido un hijo y haberlo perdido. Y, de repente, estar en LA BELLA Y LA BESTIA es para mí un soplo de aire fresco. Salir a hacer la taberna o el festín es una maravilla. Es como decir “vamos a pasárnoslo realmente bien”.


Esteban Oliver, Ivan Labanda y Mercè Martínez en LA BELLA Y LA BESTIA

¿TE GUSTABA ‘LA BELLA Y LA BESTIA’ ANTES DE INVOLUCRARTE EN ESTE MUSICAL?
A mí la película la verdad es que no me gustaba. Me gustaba LA SIRENITA, ALADDIN... pero de pequeño no conecté con LA BELLA Y LA BESTIA. Me gustaba mucho el personaje de Lumière, que creo que era el que se llevaba la película y el que se lleva el musical. LA BELLA Y LA BESTIA me dio como bajón cuando la vi en el cine. Tenía un punto de realismo y de crudeza que de pequeño no me interesaba. Reconozco que es una película brutal. La volví a ver antes de incorporarme al musical y, realmente, tiene muchísimo mérito. El musical lo vi en su primera versión. Me pareció impresionante, pero tampoco acabé de conectar mucho. Éste es uno de esos casos en los que hasta que no te ves implicado en un proyecto no te das cuenta de su magnitud, y no ves lo que es... Y es cuando te enamoras. Y el enamoramiento que surge cuando pasa esto es mucho mayor.

TAL COMO DECÍA EL DIRECTOR GLENN CASALE EN LA PRESENTACIÓN DEL ESPECTÁCULO, ÉSTE ES MUCHO MÁS OSCURO Y ADULTO QUE LA PELÍCULA...
Absolutamente. El tratamiento de los personajes no tiene nada que ver. En el conflicto que tiene la gente del castillo está mucho más patente el tema de la muerte, la decadencia, la enfermedad. Hay algo latente en todo eso que se esparce por todas las escenas del castillo y crea un ambiente que a mí me resulta muy interesante. Evidentemente estos temas pasan mucho más desapercibidos en la película, porque va destinada a un público más infantil. El espectáculo va dirigido a un público más amplio en este sentido. Tiene más lecturas sobre la historia que la película.

TU TRAYECTORIA ARTÍSTICA HA ESTADO SIEMPRE LIGADA AL TEATRO MUSICAL, ¿CÓMO LO DESCUBRISTE?
Cuando tenía 13 años hice el espectáculo NOU MEMORY con Àngels Gonyalons. Estaba en una coral y nos cogieron para hacer el número de “Joseph”. Con 13 años, estás en el Tívoli con el musical que estaba reventándolo todo en ese momento y a mí me dejó super flasheado. Ahí tuve claro que quería dedicarme a algo relacionado con el espectáculo y fue cuando mis padres me dijeron “primero estudia, y luego ya veremos”. Pero como buen Tauro que soy, se me metió entre ceja y ceja y vi claro lo que quería hacer. Luego lo que tuve claro era que quería ser guionista y director... y lo de actor me vino más por casualidad... Pero la vena del musical es como que la tenía ahí dentro. De hecho es un género que arrastra, es como una marea. Conozco a personas que no les gustan los musicales, rotundamente, y no quiere entrar en ese terreno, son muy cerradas... Pero de la gente que lo ha probado, muy pocos se quedan indiferentes. Es un género que, a día de hoy, no entiendo cómo le siguen llamando menor, con todas las disciplinas que comprende. Cuesta mucho de hacer. He hecho teatro de texto y he tenido muy buenas críticas... ¿por qué, siendo el mismo actor, haciendo un musical, se tiene que considerar que estás peor en un musical? Hay muchos prejuicios y muchas cosas malentendidas. Y estamos un poco anclados ahí. Creo que se debe a la falta de tradición real del musical, y de preparación escénica que tenemos en este país.

HAS TRABAJADO TANTO EN MUSICALES, COMO EN TEATRO DE TEXTO, TELEVISIÓN, DOBLAJE... ¿HAS DICHO ‘NO’ A ALGÚN PROYECTO POR HACER UN MUSICAL?
Sí, y también al contrario. Tenía que hacer MAR I CEL y dije que no para hacer ‘Forasters’, porque en ese momento me interesaba más hacer texto, y más con Sergi Belbel. Ya había probado el musical, sabía que se me daba bien, y quería lanzarme al texto. Pero por una sencilla razón, cuando salgo al escenario a hacer una escena en un musical, no quiero que piensen “actúa fatal y canta muy bien”, o al revés. Y eso pasa bastante. Quiero ser un actor lo más completo posible, y para eso te tienes que formar en todos los aspectos, y también trabajar de ello... Lo que intento, ya sea con la televisión, el teatro de texto, el musical, el doblaje o la publicidad es que cada cosa alimente a la otra, y nutrirme y quedarme con lo bueno de todo ello. He aprendido cosas doblando que puedo aplicar haciendo musicales, y me dan una gama de colores que puedo aprovechar, y eso es lo que creo que te hace un artista un poco más sobre la media. Pero es una cuestión de trabajo. Y si selecciono un musical antes que otra cosa en un momento determinado es porque me gusta, sé lo que va a ser, me lo paso bien, o bien por quién lo está haciendo, si me interesa trabajar con alguien en especial. Me muevo bastante por intuición. Y tampoco me quiero encasillar, que es algo que pasa mucho en nuestro país, lo que es bastante lamentable. En Estados Unidos todo el mundo hace de todo, y es fantástico en todo… ¿por qué aquí no podemos? Por lo que comentábamos antes: prejuicios y falta de tradición.

TUS ANTERIORES TRABAJOS EN EL GÉNERO FUERON ‘QUÈ’, ‘EL MIKADO’ Y ‘NO SÓN MANERES DE MATAR UNA DONA’, ¿QUÉ RECUERDOS GUARDAS DE ELLOS?
NO SÓN MANERES DE MATAR UNA DONA fue mi paso a la edad “adulta”, pasar de la adolescencia a la madurez. Estaba rodeado de compañeros excelentes y aprendí muchísimo. Era un personaje superdifícil, en el que tuve que poner toda la carne en el asador. Y recibir el premio Butaca fue muy reconfortante. Es cuando realmente dices “qué bien que trabajes duro y que la gente te lo reconozca”.
EL MIKADO representó otra gira por España. Aprendes mucho en las giras, de la gente, de ti mismo y de la convivencia en las compañías. También me enfrenté a un Gilbert & Sullivan que era algo que no había tocado...
Y QUÈ era algo de creación desde cero, a lo grande, teniendo la responsabilidad de tener un protagonista dramático, con mucha vida interna y con una compañía reducida...
Cada cosa tiene su punto, pero de todos ellos lo que puedo sacar básicamente es crecimiento. Crecer, crecer y crecer es lo que pienso hacer toda la vida. Crecer, aprender y poner en práctica de la mejor manera posible todo lo que aprendí en el camino.


Mercè Martínez, Frank Capdet, Elvira Prado e Ivan Labanda en NO SÓN MANERES DE MATAR UNA DONA

Y UNA DE LAS MANERAS DE PONER EN PRÁCTICA TODO TU BAGAJE ES CON LA DIRECCIÓN. DEBUTAS EN ELLA CON ‘FASHION FEELING MUSIC’. ¿CÓMO TE LLEGÓ EL PROYECTO?
A través de la compañía Narinanti, en la que está involucrado un amigo mío. Se autodirigieron un espectáculo la temporada pasada en el Teatreneu y para la siguiente obra querían un director y me llamaron directamente… Yo no había dirigido antes y era la oportunidad… La cosa se fue haciendo más grande y ahora es lo que vamos a presentar. La verdad es que tengo muchas ganas de repetir. Estoy acabando esto y ya estoy pensando en lo siguiente. Creo que para ser un buen director es necesario honestidad, transparencia y ser muy coherente con lo que haces… Y creo que ‘Fashion Feeling Music’ explica cosas que hace tiempo que tengo en la cabeza…También me impactó mucho el primer montaje del Teatre Lliure… Coincidieron muchas cosas y creo que es buen momento para recuperar esta obra.

HAS PARTICIPADO EN DIVERSAS SERIES Y PROGRAMAS DE TELEVISIÓN. ¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE ATRAE DE LA TELEVISIÓN?
A mí me gustan todos los medios. En todo aprendes cosas nuevas. Cosas que si les das la vuelta, y eres inteligente, te pueden servir. Tienes que saber en el sitio que estás y aplicar la técnica adecuada, y dar lo que tienes que dar. A mí la televisión me encanta por su comodidad. La televisión se paga bien y en muchos sitios se trabaja bien… en otros no tanto, dependen lo que te toque y con quién te toque trabajar… La experiencia que he tenido es maravillosa. Y aprendes mucho de la gente que te rodea. Es tener la oportunidad de hacer cursillos acelerados en cuanto a todo esto y eso como artista te enriquece. Y si eres vivo, inteligente y rápido, y te quedas con todo eso, creo que es la mejor formación multidisciplinar que puede tener un actor.

OTRA DE TUS FACETAS ARTÍSTICAS ES EL DOBLAJE…
Estoy muy contento porque estoy doblando cosas muy chulas. Hace poco se ha estrenado ‘Donde viven los monstruos’, que es una película maravillosa con la que tenido una conexión brutal. Ya en febrero de este año un amigo me envió el trailer y flipé. Ahí ya conecté con la peli y pensé “a ver si tienes la oportunidad de doblarla”. Y es estas cosas que, de repente, me llaman para hacer un casting para doblar a uno de los personajes y me cogen. Creo que no es una película para niños, sino un cuento para adultos. Es muy emocional. Y ésta entre tantas… Estoy teniendo la oportunidad de doblar personajes muy variopintos, así que lo puedo disfrutar y aprender mucho.

¿TE RECONOCES EN LAS PELÍCULAS QUE DOBLAS?
Yo sí me reconozco, pero no me reconoce nadie, ni amigos, ni mi familia, cosa que me enorgullece bastante. Eso quiere decir que eres lo más fiel posible al original, que es una de mis máximas. No puedo soportar no ser fiel al original. Cuando doblas tienes que hacer que la emoción que llegue al espectador sea la misma que la del original.

¿NOS PUEDES AVANZAR ALGÚN PROYECTO?
Tal y como está el panorama actual es mejor no decir nada. Porque lo dices y de repente cae, y te tienes que desdecir... De momento espero estrenar ‘Fashion Feeling Music’ en Barcelona y, como actor, que venga lo que tenga que venir.

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