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GREY GARDENS, desgarrador “tour de force” de Jenna Russell y Sheila Hancock

08/01/2016
Thom Southerland dirige la primera producción europea del aclamado musical de Doug Wright, Scott Frankel y Michael Korie que se ha estrenado oficialmente en el Southwark Playhouse de Londres el 7 de enero de 2016.

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GREY GARDENS es un musical escrito por Doug Wright (libreto), Scott Frankel (música) y Michael Korie (letras) basado en un documental homónimo de 1975 sobre las vidas de Edith Ewing Bouvier Beale (“Big Eddie”) y su hija Edith Bouvier Beale (“Little Eddie”), tía y prima respectivamente de Jacqueline Kennedy.

Estrenado en el Off-Broadway en febrero de 2006, GREY GARDENS fue transferido a Broadway meses más tarde, realizando más de 300 funciones y recibiendo diez nominaciones a los premios Tony en 2007, ganando tres galardones, dos de ellos para las dos actrices protagonistas (Christine Ebersole y Mary Louise Wilson).

La productora Danielle Tarento junto al director Thom Southerland -que han sido los responsables de los aclamados recientes montajes en el Off-West End de GRAND HOTEL, THE GRAND TOUR, TITANIC, PARADE y MACK & MABEL- presentan ahora el estreno europeo de GREY GARDENS, con una desgarradora producción que se podrá ver en el Southwark Playhouse de Londres hasta el 6 de febrero de 2016.

GREY GARDENS se sustenta principalmente en el trabajo de sus dos protagonistas, en este montaje interpretadas por Jenna Russell y Sheila Hancock.

En el primer acto la historia se sitúa en la década de 1940, cuando “Little Eddie” tiene poco más de 20 años y “Big Eddie” casi 50. Ambas viven en la mansión de Grey Gardens, situada en East Hampton (Long Island), con todos los lujos posibles. Están a punto de celebrar la fiesta de compromiso de “Little Eddie” con Joseph Kennedy. “Big Eddie” es interpretada en este primer acto por Jenna Russell, mientras que Rachel Anne Rayham da vida a la “Little Eddie”.

Aunque la trama del primer acto es casi totalmente fictícia -ya que el compromiso entre “Little Eddie” y Joseph Kennedy nunca existió- muestra el tipo de vida que las protagonistas mantenían, codeándose con la alta sociedad de la época, acogiendo grandes fiestas en su mansión; y evidencia la complicada y disfuncional relación entre madre e hija, salpicada de envidias, reproches, frustraciones y lamentaciones.

El segundo acto da un cambio radical. Situado 32 años después, en 1973, muestra una decadente mansión y cómo “Big Eddie”, interpretada por Sheila Hancock, y “Little Eddie”, interpretada ahora por Jenna Russell, viven en condiciones infrahumanas tras haber perdido todo lo que tenían, incluido las relaciones sociales y su estatus económico.

Ambas actrices realizan un trabajo espléndido. Jenna Russell está sublime, divertida y trágica a la vez; mostrando los sueños vacíos de una actriz frustrada y cómo las hijas a menudo repiten los roles de sus madres intentando hacer todo lo contrario.

Sheila Hancock muestra de manera brillante la aceptación del fracaso o la ignorancia de la denigrante vida que ha pasado a tener, siendo de alguna manera inconsciente del paso del tiempo o del deterioro que las rodea.

Los diálogos, las peleas y reconciliaciones que los excéntricos personajes interpretados por Russell y Hancock mantienen en el segundo acto son sensacionales y sobrecogedores.

Russell y Hancock tienen a su lado a un sólido elenco de cinco intérpretes y dos niñas que hacen también un excelente trabajo; tanto en el primer acto, como parte de la familia Bouvier Beale; como en el segundo, llegando a interpretar a algunos de los más de cincuenta gatos que ocuparon la mansión de Grey Gardens.

La escenografía de Tom Rogers recrea fantásticamente en el pequeño escenario del Southwark Playhouse la mansión de Grey Gardens, mostrando su grandiosidad en el primer acto y su decadencia en el segundo, tan sólo con pequeños cambios en el atrezzo.
 
Gracias a esta escenografía, al trabajo de las actrices y a la brillante y cuidada puesta en escena de Southerland, el espectador consigue sentirse inquieto presenciando cómo las protagonistas viven en condiciones infrahumanas, rodeadas de decadencia y suciedad.

GREY GARDENS es un musical desgarrador e incómodo que vale la pena descubrir con esta magnífica producción de pequeño formato, un nuevo acierto del tándem Tarento-Southerland.

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