La productora Danielle Tarento y el director Thom Southerland han vuelto a hacer diana por segundo verano consecutivo con su propuesta para el Southwark Playhouse Theatre del Off-West End de Londres. Si el año pasado consiguieron un rotundo éxito con una particular visión del musical PARADE de Jason Robert Brown, este año han puesto en escena en el escenario situado bajo uno de los puentes del londinense barrio de Southwark un brillante MACK AND MABEL, el musical de Jerry Herman y Michael Stewart.

MACK AND MABEL es una desgarradora y conmovedora historia de amor entre un afamado director de cine de Hollywood, Mack Sennett, y la joven actriz surgida del anonimato Mabel Normand, a quien Mack convierte en una super-estrella de la época. Aunque la trama que narra el espectáculo es ficticia, los personajes de Mack y Mabel son reales.

La historia se sitúa a principio del siglo XX, en el mundo del cine mudo. La trama del musical sucede principalmente en un plató de cine recreado por el escenógrafo Jason Denvir –también diseñador del vestuario– como un espacio diáfano con estanterías repletas de material y dos elementos principales: la cámara de cine y una escalera con ruedas que da mucho juego a lo largo de la función.

El alargado escenario de la sala The Vault del Southwark Playhouse, con el público situado a tres bandas, permite dinamismo entre las escenas, y da espacio a los intérpretes para ejecutar sus acciones con comodidad.

MACK AND MABEL es una historia de amor entre dos personas con un principal enemigo: el orgullo. Pero también es una historia de amor hacia el cine, la otra de las grandes pasiones de los protagonistas.

El libreto escrito por Michael Stewart, revisado por Francine Pascal, cuenta con el gran apoyo de las fantásticas canciones compuestas por Jerry Herman. Entre ellas las más contundentes son la anti-romántica “I Won’t Send Roses” interpretada por el personaje de Mack, al que da vida Norman Bowman; la potente “Whenever He Ain’t” y la desalentadora “Time Heals Everything”, ambas cantadas por Mabel, es decir, Laura Pitt-Pulford, de manera magistral.

Es asombroso disfrutar en un teatro de estas dimensiones de la música interpretada por una completa banda de músicos dirigida con resolución por Michael Bradley, quien ya trabajó junto a Southerland y Tarento en PARADE el pasado verano.

El montaje tiene todos los elementos de un clásico gran musical, incluido un espectacular número de claqué interpretado por la compañía que hace uso de unas plataformas especiales para poder brindar al público la brillante coreografía ideada por Lee Proud.

El íntimo espacio del Southwark, la cuidada puesta en escena de Southerland y la excelente interpretación de la pareja protagonista, que cuenta con el apoyo de un sólido elenco, convierten MACK AND MABEL en un imprescindible de la actual cartelera londinense. Aún y todos los grandes musicales que hay en cartel en el West End, la magia que desprende una cuidada pequeña producción como ésta no tiene parangón.

Laura Pitt-Pulford y Norman Bowman en una escena de MACK AND MABEL