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Albert Guinovart: “En LA VAMPIRA DEL RAVAL he combinado canciones de género con las más personales”

19/12/2011
El compositor catalán, autor de la música de espectáculos como MAR I CEL y FLOR DE NIT, ha compuesto la música de LA VAMPIRA DEL RAVAL, que se estrena en el Teatre del Raval de Barcelona el 19 de diciembre de 2011.

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El compositor catalán Albert Guinovart es el autor de la partitura del musical autòctono de mayor éxito de nuestro país: MAR I CEL. Este espectáculo de Dagoll Dagom, estrenado en el Teatre Victòria de Barcelona en 1988, supuso su debut en el género del teatro musical.

Desde entonces, a lo largo de estos años en los que ha desarrollado una intensa carrera como pianista, compositor de ópera y bandas sonoras, y orquestador, ha compuesto la música de diversos musicales de mayor o menor éxito comercial: FLOR DE NIT (1992), GAUDÍ (2003) y PARADÍS (2005).

Ahora vuelve a firmar la música de un nuevo musical original: LA VAMPIRA DEL RAVAL, espectáculo de Josep Arias Velasco que relata –en clave de musical burlesco tragicómico– la tenebrosa vida de Enriqueta Martí, personaje real que secuestraba, prostituía y sacrificaba a niños y niñas del barrio del Raval con el fin de satisfacer las necesidades eróticas y terapéuticas de la buena sociedad barcelonesa.

Hablamos con Albert Guinovart sobre su trabajo en este nuevo musical y sobre su trayectoria artística en este género del que se confiesa un apasionado.


¿CÓMO RECIBISTE LA PROPUESTA PARA COMPONER LA MÚSICA DE ‘LA VAMPIRA DEL RAVAL’?
Recibí una llamada en agosto diciéndome si me interesaría hacer un musical del que ya estaba hecha la historia. La verdad es que yo estaba –bueno, y estoy– muy atareado con muchas cosas que ya tenía comprometidas: conciertos, clases… Pensaba que no llegaba a lo que ya tenía. Les dije que me lo leería, porque me gusta mucho el teatro, pero que no creía que pudiera decir que sí. Además, en un principio pensé que el tema no iba conmigo, pero como me gustó mucho el texto dije, “lo hago”. Es un texto escabroso y, además de estar muy bien escrito, tiene muchos toques de humor negro. Pensé que valía la pena probarlo, y así fue. Son 13 canciones; es una obra de teatro con canciones; y las he planteado de manera separada. He intentado que cada tema fuera un “hit” por separado.

EL PROCESO DE COMPOSICIÓN FUE MUY RÁPIDO…
Sí... Bueno, yo soy rápido. Igual en un día acabo una canción. Además el texto ya estaba hecho, las canciones colocadas y con las letras hechas, y como me he tomado cierta libertad he podido ir rápido. Viendo el carácter que necesitaba cada escena, cada canción, era bastante claro… Pero bueno, ¡ya veremos si hemos acertado! He tomado la opción de situar bastante la época. Es a principios del siglo XX. He utilizado mucho el lenguaje de cabaret de la época, del Paral•lel. También hay referencias americanas, incluso un tango… Un poco este estilo que podría recordar a FLOR DE NIT. He escogido una instrumentación de violín, clarinete, piano y contrabajo, que da un toque como de salón de la época. Y al mismo tiempo hay canciones más de autor, con un punto más lírico en el que aparece la psicopatía de La Vampira, por tanto no es algo que pueda ser de cabaret u objetiva. Estas canciones son más reconocibles de mi autoría, las otras son más de género. He combinado las de género con las más personales.

¿CUÁLES DIRÍAS QUE SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL SELLO ‘ALBERT GUINOVART’ EN UNA PARTITURA DE MUSICAL?
Bueno, yo lo digo un poco porque lo dice la gente! (risas). No sé, pienso que hay algo que me distingue de otros compositores de musicales, y es que yo no soy compositor de teatro musical. Soy compositor, y tanto hago música para orquestas sinfónicas como para salas de conciertos, hago ballets, óperas… Lo que me gusta es componer música. La música escénica me entusiasma, y con el musical me encontré cuando era muy joven con MAR I CEL. Yo entonces no era muy aficionado a los musicales, pero fui entrando en materia desde ese momento. Supongo que el “sello” es porque mi lenguaje me lo he cultivado como compositor de bandas sonoras, de música de cámara y, este sello que pongo en todo esto, en el teatro también aparece. Una manera de componer las melodías con unas harmonías determinadas… También, podría ser un defecto, pero tengo un amigo que me dice que podría musicar un listín de teléfono, cualquier cosa, ¡lo que me echen! Pienso que lo que hago va bien, que tengo bastante visión de lo que se necesita. Pero bueno, ¡es mi punto de vista!

¿QUÉ PARTICULARIDAD TIENE EL TEATRO MUSICAL A LA HORA DE COMPONER UNA PIEZA?
Hay que tener en cuenta que las canciones son para actores-cantantes o cantantes-actores. Es difícil que digas “a esta persona le puedo pedir lo que sea”… Bueno, hay algunos en el mundo que sí, pero aquí normalmente te tienes que adaptar. En MAR I CEL había o actores que sabían cantar un poco, o actores de formación lírica que no sabían actuar. Han pasado unos cuantos años y hemos progresado, pero quizás menos de lo que esperaba. Aunque hay gente muy buena… Pero a diferencia de la ópera –donde el compositor es el que manda–, en un musical el compositor es muy importante, pero siempre está al servicio de la dramaturgia. La historia en el musical es muy importante. A mí el musical me atrae mucho porque es un lenguaje muy próximo al público.

EN ‘LA VAMPIRA DEL RAVAL’ TE INCORPORASTE AL EQUIPO CREATIVO EN EL ÚLTIMO MOMENTO, ¿SIEMPRE HA SIDO ASÍ?
Cuando llegué a MAR I CEL también estaba ya todo el equipo creativo, pero trabajamos más en conjunto. Lo que pasa aquí, en este país, es que normalmente la gente de teatro comienza el proyecto y luego piensa quien puede hacer la música. Fuera, el principal es el compositor y aquí no es lo mismo. De cualquier manera, LA VAMPIRA DEL RAVAL ha sido el que ha tenido un proceso de creación más rápido. PARADÍS con Jordi Galceran lo trabajamos más, GAUDÍ también, pero siempre he hecho la música a partir de la letra de la canción, aunque no quiere decir que sea la definitiva.

¿CÓMO COMENZASTE A DESCUBRIR LOS MUSICALES? ¿A QUÉ COMPOSITORES ADMIRAS?
Yo estaba viviendo en Londres. Vine a Barcelona de vacaciones y una amiga mía, Isabel Soriano, me dijo que estaban buscando un compositor para hacer MAR I CEL, hacían un concurso. Lo hice y me cogieron, lo que para mí fue una sorpresa. Había visto de pequeño JESUCRISTO SUPERSTAR con mis padres, pero nada más. Y cuando me avisaron de que había ganado el concurso estaba de nuevo en Londres y en una semana vi todos los musicales posibles; y me enamoré, más de unos que de otros, claro… Para mí Sondheim es el rey, aunque tengo que confesar que me costó un poco entrar. Soy mucho de los clásicos, por supuesto Bernstein, Cole Porter, George Gershwin, Irving Berlin… ¡Me encantan! Me gustan algunos musicales de Lloyd Webber mucho, más bien los antiguos.

¿QUÉ SUPUSO PARA TI TODA LA REPERCUSIÓN Y EL ÉXITO QUE TUVO ‘MAR I CEL’ EN 1988?
Para mí fue una sorpresa. Yo me dedicaba al piano, había hecho canciones sueltas, pero nada tan grande. La verdad es que me sentía muy inseguro y pensaba que sería un desastre. Cuando vi el éxito que tuvo, en vez de creérmelo continué siendo autocrítico conmigo. Lo que hice fue, a partir de MAR I CEL, estudiar no tan sólo piano, sino música. MAR I CEL fue lo primero que orquesté y hoy soy profesor de Orquestación en la ESMUC. Así que me lo tomé muy en serio. Pensé que no era justo tener un gran éxito sin estar preparado.
Después, en el 2003, cuando se repuso para el TNC, la reorquesté totalmente y tengo que confesar que pensé que realmente no estaba tan mal. La espontaneidad de mi juventud fue muy importante. Cuanta más música sabes, más condicionantes hay, no eres tan espontáneo. Quizás puedes hacer algo mejor, pero esta cosa directa y sin miedos de un joven sin prejuicios está muy bien. Digamos que me reconcilié con MAR I CEL.

DESPUÉS DEL ÉXITO DE ‘MAR I CEL’ TE ENFRENTASTE A OTRO RETO: CREAR LA MÚSICA DE ‘FLOR DE NIT’ ¿CÓMO VIVISTE ESE PROCESO DE CREACIÓN?
No sé si sabéis que para hacer FLOR DE NIT hicieron otro concurso, me volví a presentar y volví a ganar. Supongo que después de MAR I CEL, FLOR DE NIT debía tener otro aire, con toda la parte de cabaret… Supongo que no sabían si yo era capaz de hacerlo. Tuve que hacer un trabajo intenso de investigación del Paral•lel de los años 20, los cuplés, pasodobles, tangos, chotis… Siempre he guardado muy buen recuerdo de este musical, y yo creo que fue un éxito. Aunque claro, no superó a MAR I CEL, pero estuvimos varios meses en cartel.

DEPUÉS DE ‘FLOR DE NIT’ PASARON 10 AÑOS HASTA QUE SE ESTRENÓ TU SIGUIENTE MUSICAL: ‘GAUDÍ’…
¿Sabes qué pasa? La gente dice “¿por qué no haces más musicales?” A mí me apasionan y me encantaría hacer uno cada año, pero es un gran esfuerzo a nivel de producción. Antes de GAUDÍ comenzamos a hacer PARADÍS con Jordi Galceran y Esteve Miralles con la idea de hacer un musical porque queríamos e intentar luego venderlo. Mientras lo estábamos acabando, que se presentó en el Institut del Teatre, me encargaron GAUDÍ, que era un proyecto muy grande, aunque no funcionó como se esperaba. La idea era muy buena inicialmente, pero el personaje de Gaudí da muy poco para el teatro. Pero estoy muy satisfecho, porque de un personaje que tan sólo tiene una vida interior rica –no tuvo amores, ni hizo grandes viajes…. Era poco interesante teatralmente, pero la vida interior sí que la puedes transformar en música, y pienso que hicimos buen trabajo. Yo estoy muy contento.

Y LUEGO LLEGÓ ‘PARADÍS’…
Sí. Este musical funcionó, pero también fue un cúmulo de despropósitos. Se estrenó en el Temporada Alta y fue muy bien. Teníamos que estrenar en Barcelona unos meses después, pero el proceso se aceleró y finalmente estrenamos en Navidad en el Condal sin apenas publicidad. Justo cuando empezaba a funcionar el boca-oreja, Pep Anton Muñoz se puso enfermo y tuvimos que acabar. Creo que el Condal era demasiado grande para PARADÍS. Tengo la esperanza de que algún día se vuelva a montar.

SEGÚN SE ANUNCIÓ TAMBIÉN ESTABAS TRABAJANDO EN UN PROYECTO MUSICAL CON TONI MARTÍN, ‘MADE IN TAIWAN’, ¿ES ASÍ?
Sí. Es esto que te decía. Si no tienes fechas de estreno o una productora, se queda parado… Es un proyecto muy loco. No puedo avanzar demasiado. Creo que con Toni tenemos una asignatura pendiente. Hicimos desde el principio muchas reuniones para hablar de cómo tenía que ser todo. Él es un gran amante de los musicales y tiene mucha visión. Es que a veces aquí montan musicales gente que no es gran amante del género. En este caso él lo es. ¡Ya veremos!

COMO ESPECTADOR, ¿QUÉ TIPO DE MUSICALES TE GUSTAN?
Hace dos años que no voy a Londres, pero los últimos que he visto que me han maravillado son SWEENEY TODD y SUNSET BOULEVERD presentados por una compañía de músicos-actores. Son impresionantes, me hicieron llorar de emoción. No sé si la gente es consciente de la dificultad de montar algo así: encontrar gente que toque varios instrumentos, que cante… Sólo eso ya me emociona por la calidad del esfuerzo. Luego vi LA CAGE AUX FOLLES en la Menier Chocolate Factory que también me hizo llorar de emoción. Son montajes sin gran pretensión, tan sólo con unos actores brutales. También vi A LITTLE NIGHT MUSIC, y me encantó PRISCILLA… ¡Lo encontré genial! Pero estos musicales juegan con ventaja, con canciones que la gente conoce. Aunque en este caso el musical me encantó.

SI TUVIERAS QUE INICIAR UN PROYECTO MUSICAL, ¿CUÁL SERÍA?
Tengo una idea que me gustaría hacer algún día. Me gustaría hacer algo clásico, porque creo que en este estilo me expreso mejor con la música. Me encantaría hacer ‘Cumbres Borrascosas’, pero ya está hecho… También ‘Scaramouche’, pero también está hecho… Historias épicas, de amor… Tengo una historia que he pensado más para ópera, pero que en musical también funcionaría y es ‘The Queen’, la película de Helen Mirren. Tiene muchos ingredientes interesantes: el parlamento, la reina, el fantasma, el pueblo que llora… Quizás si estuviera en Londres podría seleccionar el proyecto, pero aquí tienes que hacer lo que te va saliendo.


Una escena de LA VAMPIRA DEL RAVAL

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