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Ángel Padilla y Leandro Rivera, enamorados de su nuevo barrio AVENUE Q

29/12/2010
Protagonizan la producción española del exitoso musical de Jeff Marx y Robert Lopez, en cartel en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid desde el pasado mes de septiembre.

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Afirman con rotundidad que es el mejor trabajo de sus vidas. Ángel Padilla y Leandro Rivera lideran desde septiembre de 2010 el elenco español de AVENUE Q, el musical que nos explica las vivencias de los vecinos de este particular barrio de Nueva York. Los personajes, representados principalmente mediante marionetas, tratan con mucho humor temas trascendentales, como la homosexualidad o el racismo.

Ambos cuentan con una extensa trayectoria artística. Ángel Padilla ha participado en musicales como WE WILL ROCK YOU, HOY NO ME PUEDO LEVANTAR y A, El Musical de Nacho Cano; y Leandro Rivera originó el personaje de Sky en la producción española de MAMMA MIA! y, posteriormente, dio vida a Mario en HOY NO ME PUEDO LEVANTAR. Los dos se encaran ahora a uno de los trabajos más complejos de sus carreras.

Desde su estreno original en el Off-Broadway en el 2002 AVENUE Q ha conquistado al público de todo el mundo, convirtiéndose en uno de los musicales de más éxito de los últimos años. Tras tres meses en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid, la producción española del musical creado por Jeff Marx y Robert Lopez (música y letras) y Jeff Whitty (libreto) se enfrenta al nuevo año dispuesta a continuar cautivando a los espectadores en su nueva ubicación, el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid, que la acogerá a partir del 14 de enero.

Visitamos el barrio de AVENUE Q y nos colamos en los camerinos del teatro poco antes del inicio de la función. Ángel Padilla y Leandro Rivera nos reciben junto a sus personajes Rod / Princeton y Nicky / Trekkie para explicarnos cómo están viviendo la experiencia de trabajar en este hilarante musical.

¿CÓMO VALORAIS DE EXPERIENCIA DE PARTICIPAR EN ‘AVENUE Q’?
Ángel Padilla: Es lo mejor que he hecho en mi piiii vida. Estoy muy contento. Sin menospreciar el trabajo anterior, me he tirado cinco años trabajando con Nacho Cano de una manera muy dura e intensiva, pero ahora estoy recibiendo mucha satisfacción a todos los niveles: profesional, del público, de los personajes que tengo, del trabajo específico… Es un reto nuevo el hecho de ponerse a trabajar con un muñeco y actuar tú a la vez que él, y moverte igual que él. Es un hándicap nuevo y una forma de trabajar diferente. Ha sido un aliciente muy duro y, a la vez, frustrante al principio porque ninguno de la compañía sabíamos manejar un muñeco. En el casting decían que era mucho más fácil coger cantantes/actores/bailarines y enseñarles a manipular, que a manipuladores enseñarles a cantar y actuar. Fue muy duro pero aquí los diez que estamos en la compañía nos hemos puesto las pilas. Hemos trabajado y nos hemos ayudado los unos a los otros. Hay un ambiente de compañía tremendo, lo que también es muy bueno. Además también echaba de menos una compañía pequeña. La experiencia es muy positiva y estoy disfrutando muchísimo cada función. Cada vez que vengo a trabajar le digo a mi mujer “cariño, me voy a jugar”. Y esa es la base del teatro.
Leandro Rivera: Para mí es muy emotivo estar en este musical porque lo conocí hace 4 años y me enamoré de él. De hecho, cuando salí del teatro lo primero que dije fue “esto hay que llevárselo a España y yo quiero estar ahí”. Todo el proceso ha sido el trabajo más difícil al que me he enfrentado. Ha sido muy duro al principio, hasta el nivel de ser frustrante, pero cuando ves la respuesta del público, ves que ha merecido todo la pena. El campamento de verano de muñecos ha valido la pena.

EXPLICARNOS CÓMO FUE EL PROCESO DE ENSAYOS…
Leandro Rivera: Empezamos haciendo un taller de marionetas con unos muñecos que eran muy difíciles de manejar porque estaban muy trillados. Así que a parte de la dificultad técnica, teníamos la dificultad física… Es como aprender a jugar a futbol con un cubo… Al principio era todo muy difícil. El taller tampoco fue muy extenso porque teníamos que empezar los ensayos. Durante los ensayos íbamos montando cosas de la función y aprendiendo cómo se hacían… Era muchísima información. Creo que nos lo empezamos a pasar bien, a disfrutar, una vez estrenamos. El muñeco era lo primero, pero el muñeco es la primera capa, luego la obra tiene que tener un ritmo y está todo lo demás. No podíamos experimentar lo suficiente porque estábamos muy atados a que ese muñeco se moviese de una determinada manera. Y fue tras el estreno que nos relajamos un poco. Y luego ha habido otro progreso más ahí, de ritmo en las escenas, de gags que han ido surgiendo… El hecho de poner en pie el muñeco es como aprender a andar. Una vez que ya aprendimos a andar, ahora es todo más fácil. Si se te ocurre alguna idea ya sabes cómo hacerla con el muñeco. Antes decías “yo es que con el muñeco sólo se hacer esto”…

¿CUÁLES FUERON LAS PRINCIPALES DIFICULTADES QUE SE OS PRESENTARON A LA HORA DE ENFRENTAROS A VUESTRO MUÑECO?
Ángel Padilla: Todas. La primera hablar, que pudieses silabear todo lo que estás hablando. Luego que el muñeco estuviese mirando donde tú miras. Ha sido un trabajo difícil e intensivo… Fueron dos meses de ensayos, de nueve y media de la mañana a seis de la tarde, y luego yo me iba a mi casa, sobre todo al principio, a empollarme el vídeo de Nueva York fotograma a fotograma para pillar herramientas... Para ver cómo se hacía, apuntármelo todo y luego ya aplicarlo a la escena del día siguiente que había que trabajar. Hemos intentado ser fieles al musical de Broadway pero inevitablemente eres otro actor y tienes otra manera de trabajar.

¿CÓMO FUE EL TRABAJO CON EL DIRECTOR DE YLLANA DAVID OTTONE?
Ángel Padilla: Un placer. David es un encanto. Nos escucha muchísimo, nos da muchísima libertad a la hora de trabajar y de que aportemos cosas. Yllana son maestros en el humor y tienen muy claro qué es lo quieren transmitir y de qué manera quieren hacer el humor. Se basan mucho en nuestras proposiciones pero luego ellos saben, y lo tienen muy claro, qué es lo quieren hacer con el humor.
Leandro Rivera: Trabajar con él ha sido muy bueno. Al comprar los derechos, pero no la dirección, ha podido añadir cosas y nos ha dejado a nosotros, en la medida de lo que podíamos, proponer lo que se nos iba ocurriendo. Así que, aunque se ha respetado el texto original, todas las situaciones que surgen en un ensayo y funcionan se han ido añadiendo. Por esa parte ha sido muy bueno, porque teníamos la sensación de estar haciendo un musical pero trabajando en equipo. Además, David es un tío con la cabeza súper abierta, aparte de que él ya tiene 50.000 ideas, la que no se le ocurre a él y se te ocurre a ti, si le gusta, te la compra. Es un gustazo.

¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES DIFERENCIAS DE ESTE MONTAJE CON EL DE BROADWAY O EL WEST END?
Leandro Rivera: Hemos intentado ser fieles al montaje de Broadway pero hemos hecho una adaptación. Se ha intentado ser lo más fiel posible al texto original pero hay algunas licencias para que el público las entienda mejor.

EL DIA DEL ESTRENO ASISTIÓ JEFF MARX, UNO DE LOS AUTORES ORIGINALES, ¿CUÁLES FUERON SUS IMPRESIONES TRAS LA FUNCIÓN?
Ángel Padilla: Nos dijo “es que es igual que el de Broadway” directamente. Nos dijo que no había entendido mucho, porque sabía poco de español, pero flipó y acabó llorando. Le gustó mucho.

‘AVENUE Q’ TRATA TEMAS CONTROVERTIDOS COMO LA HOMOSEXUALIDAD O EL RACISMO CON UN TOQUE DE HUMOR…
Ángel Padilla: Se tocan todos estos temas con un tinte de humor negro. Se trata de reírse incluso de ese tipo de cosas. Todos somos algo racistas, todos, inevitablemente. La obra lo que dice al final es que si reconocemos que todos somos algo racistas haremos un mundo mejor. También se habla sobre los sueños frustrados que tiene la gente, y se da con el tinte “¡que mierda ser yo!”, pero “¡qué guay! vamos juntos”. Se consuelan entre todos en este barrio. En Avenue Q, “somos una mierda, vale, pero estamos juntos”. La canción “Que mierda ser yo”, la primera de la función, es la que más se le queda al espectador. Reírse de uno mismo es lo más importante.

¿QUÉ PERCIBIS DE LOS ESPECTADORES AL ACABAR LA FUNCIÓN?
Ángel Padilla: La gente si ríe muchísimo. Hay un alto porcentaje de gente que no sabe a lo que viene. No es una obra conocida. Las canciones no las conoce nadie. Es una partitura nueva. La sensación es que la gente entiende las letras. Jeff Marx dijo que compuso las canciones para gente que no le gustaran los musicales. Lo bueno de esto es que son desconocidas las canciones y es muy importante la letra. La gente entiende las letras y empieza a engancharse a raíz de eso, y empiezan a reírse, y a sentir cosas, porque no todo es risa, también hay cosas muy emotivas. La gente sale con esa sensación de no saber a lo que venía… Saben que es un musical de muñecos para mayores de 12 años, pero aún así se piensan que es algo infantil y ñoño. Y es algo muy de la vida, de ahora, muy real. Lo atractivo del musical es que se cuentan las cosas a través de los muñecos. Una escena de sexo con muñecos es un puntazo y, además, no te cortas.

ÁNGEL, ¿CUÁL CREES QUE ES EL PUNTO DISTINTIVO DE LOS PERSONAJES QUE HACES EN ESTE MUSICAL CON OTROS QUE HAS INTERPRETADO?
Ángel Padilla: Aquí estoy llevando un peso con los personajes como protagonista. He sido muy pocas veces protagonista… Que no significa nada, simplemente trabajas más y tienes más responsabilidad, pero todos los trabajos los he llevado siempre igual.
Lo bueno aquí es que trabajo dos personajes muy diferentes. Uno es Rod, un asesor financiero experto en banca, reprimido con su sexualidad, que no quiere salir del armario. Y el otro Princeton, un chaval de 21 años recién licenciado que llega al barrio con muchas ganas de comerse el mundo, y con ganas de saber cuál es su meta y su objetivo en la vida. Son dos personajes con registros diferentes. Me he enamorado de estos dos personajes y de los muñecos.

LEANDRO, ¿DISFRUTAS ESPECIALMENTE MÁS DE ALGUNO DE LOS PERSONAJES QUE INTERPRETAS EN ‘AVENUE Q’?
Leandro Rivera: Disfruto de todos por igual. Son todos muy divertidos. Es como si le preguntas a una madre a qué hijo quiere más. Los quieres a todos por igual. Cada uno tiene sus cosas. Trekkie es muy animal pero luego Nicky me hace muchísima gracia. Con todos me lo paso muy bien.

¿NOS PODRÍAIS AVANZAR ALGUNO DE VUESTROS PRÓXIMOS PROYECTOS?
Ángel Padilla: Yo también soy músico y trabajo con el Teatro San Pol. He compuesto junto a mi hermano la música del musical LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS que se puede ver allí desde finales del mes de noviembre. Ya he hecho cinco musicales con ellos. Además quiero hacer mi disco en enero y me apetecería hacer televisión... Pero sigo aquí en AVENUE Q hasta que acabe…
Leandro Rivera: Yo tengo una película que está a punto de estrenarse que se llama ‘Mami Blue’ que se presentó en el Festival Ópera Prima de Tudela, clausurándolo.


Leandro Rivera y Ángel Padilla junto a sus "vecinos" Trekkie, Nicky, Rod y Princeton

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