Comencé en “33” casi de rebote.

Escuché y supe de la existencia de este musical cuando una tarde quedé con Toño Casado, y me lo mostró allá por el 2005, en una pequeña sala con un piano. Ya habíamos hecho juntos algunos proyectos musicales que él mismo había compuesto. Pero se notaba que ésto era especial para él, por la forma en la que recuerdo que me lo mostró (hoy sé que no me equivocaba).
Sin embargo, comencé mi andadura profesional ese mismo otoño, y el proyecto quedó (en mi caso) dormido (pero latente) en una estantería junto a otros libretos de musicales que tenía en mi habitación. Los años pasaron. Se fueron grabando maquetas de “33”, que fui escuchando entre gira y gira. Y hace dos años y medio volví a coincidir con Toño en Madrid, en la misma temporada en la que me encontraba sumergido en las barricadas parisinas todas las noches.

- “¡33 arranca!” .– me comentó. Y “33” arrancó. Y justo cuando menos lo esperaba, llegó su llamada para animarme a participar en el montaje de un concierto-presentación del musical. Toño me propuso interpretar el personaje de Caifás, y echar un cable a David Arjona (buen amigo en común), encargado de la dirección escénica. Primeros ensayos vocales, primeros encuentros… y sin esperarlo llegó la apuesta y el regalo (además de la responsabilidad) de hacerme cargo de la dirección artística del espectáculo. Conseguir plasmar lo que la cabeza de Toño había imaginado durante tantas y tantas horas de composición frente a su piano, iba a ser mi principal reto. Semanas y semanas de ensayo (y más ensayo), reuniones, folios y folios con dibujos, anotaciones y esquemas… y la obra fue tomando forma y creciendo poco a poco. Cada día un poquito más. Mientras, la grabación del disco comenzó. Los viajes del estudio de grabación a la sala de ensayos se convirtieron ya en rutina para los 33 actores que dábamos vida a los personajes. El primer “workshop” también llegó veloz en Junio de 2013 (donde las opiniones e impresiones de los primeros espectadores/oyentes y de los diversos compañeros de profesión invitados, empezaban a hacernos entender que aquello en lo que estábamos empleando todo nuestro tiempo libre, era algo grande). Y así, lo que comenzó siendo un proyecto musical, fue entrelazándose con nuestras vidas de tal forma que acabó convirtiéndose en una gran familia. Una familia que fue creciendo. Era importante el aspecto artístico, por supuesto, pero lo eran mucho más las relaciones personales que habían nacido entre todos los que estábamos sumergidos en el musical. Lo realmente importantes eran (y son) todas las personas que, de forma totalmente desinteresada, estaban dedicando horas y horas a que un proyecto en común llegase a buen puerto. Y no de la mejor posible a costa de lo que fuese, sino de la mejor forma posible, respetando siempre y por encima de todo, aquello que “33” nos estaba regalando y aportando a la vida de cada uno de nosotros.

Son muchos los proyectos en los que he tenido la suerte de trabajar en estos años. Varios los musicales que he podido disfrutar y representar en Madrid y otras ciudades de nuestro país. Pero si hay algo que me ha enseñado “33” (y por lo que he sido y soy inmensamente feliz), es por descubrir que aún hay gente buena en el mundo, dispuesta a unirse y trabajar mano a mano por sacar un mismo sueño en común .- algo mucho más valorable teniendo en cuenta lo turbio e interesado que puede llegar a ser, a veces, el mundo artístico .-, y simplemente por el placer de disfrutar (y hacer disfrutar), aprender (y enseñar) y crecer (y hacer crecer), consiguiendo ofrecer, al mismo tiempo, un espectáculo de alto nivel y calidad como el mostrado durante los días 28 y 29 de Diciembre en el concierto/presentación de “33”. 

Haber formado parte de uno de los cinco espectáculos más vistos y valorados de estas Navidades, es motivo de satisfacción (podrían pensar algunos); haber creado un espectáculo desde cero, es motivo de satisfacción (podrían pensar otros); saber que el musical seguirá creciendo y que su proyección futura ya está en camino, pos supuesto que da satisfacción; pero hoy tengo claro que no hay nada como vivir y disfrutar con una familia de artistas (enamorados del arte, y no del dinero que ello pueda dar) de algo que uno recordará todo la vida, como “suyo”. Porque “33” es nuestro. “33” es vuestro. “33” es tuyo”. ¿Cómo es que aún no sabes qué es “33”?

Fanny Blue, actriz del musical y creadora del personaje de “Luzbel”, nos explica cómo ha sido su visión del proceso de ensayos a lo largo de este tiempo y la posterior presentación del musical.

“Conocí el musical, a través de Toño Casado, hace siete años aproximadamente cuando acababa de componerlo. En ese momento, no me imaginaba la trayectoria que todas esas canciones recogidas en un cuaderno, iban a tener. Jamás me imaginé que terminaría interpretando a uno de los tres demonios, y que grabaría el disco, participando en su presentación oficial. Me he dado cuenta de que la vida no deja de sorprendernos, nunca.

Comenzamos con los ensayos hace un año y medio aproximadamente, y ha sido un proceso de trabajo largo e intenso. Muchas semanas para crear algo que partía de cero. Y en mi caso, además, un  trabajo coordinado con otros dos compañeros porque el demonio está representando por tres actores en escena. Cada uno con sus matices, con sus aspectos y características diferentes. Son tres personalidades distintas, y ha requerido potenciar y trabajar mucho la complicidad entre nosotros, para que el público entendiese que se trataba en todo momento de la misma persona. Todo ello unido, además, a armonías a tres voces; pasos de coreografía; una expresión corporal muy específica… ¡La verdad es que ser los malos ha resultado más divertido de lo que pensé inicialmente!

Ha sido, sin duda, un destacable trabajo en equipo donde el esfuerzo de todos ha dado los resultados que esperábamos. Ha sido un fin de semana emocionante, intenso y a contrarreloj, pero muy gratificante. Aunque si hay algo que todos los que hemos formado parte de este proyecto nos llevamos, es sin duda, lo aprendido y vivido en el ámbito personal. Cariñosamente nos llamamos “familia”. Porque no entendemos esto como una mera compañía teatral donde vamos a ensayar sin más. Nos cuidamos. Nos ayudamos. Nos respetamos. Y vivimos la experiencia desde otro prisma distinto al meramente artístico. Por supuesto que nos importa lo que pasa sobre el escenario, pero también lo que nos ocurre en nuestro día a día, fuera de él. Creo que ahí está también la riqueza de “33”. Y por eso el mensaje ha llegado de la forma en la que lo ha hecho. Por eso los que vinieron a la presentación del musical lo vivieron de esa forma. Una forma intensa y auténtica. No hay otra forma de vivir el mensaje de “33”.

Ahora toca pasar página, y ver cuál es el camino que seguirá el musical. Con lágrimas en los ojos nos despedimos el 29 de Diciembre, pero orgullosos de haber sido los primeros en vivir la magia que esconde “33”. Dios siempre abre una ventana, cuando una puerta se cierra.”

Web oficial del musical: http://www.33elmusical.com