Los productores ejecutivos, figuras clave para el éxito de los musicales

Para que un musical alcance el éxito es necesario el trabajo de muchas personas. Si bien los intérpretes son la parte más visible de un espectáculo, no son sino el último eslabón de un engranaje que implica a multitud de profesionales. Uno de ellos es el del productor ejecutivo. Sus tareas pueden variar en función de la compañía en la que ejercen su labor, aunque en términos generales son los encargados de buscar financiación para el proyecto, asignar los recursos obtenidos a los distintos equipos y coordinarlos con el fin de garantizar que la empresa llegue a buen término. Son, pues, una figura clave para el buen funcionamiento de los musicales, y su labor se inicia mucho antes de que el espectáculo se materialice en escena y continúa durante todo el tiempo que éste se mantiene en cartel.

Para conocer en detalle el papel de estos profesionales, hemos contactado con diversos productores ejecutivos en representación de las diversas empresas que se dedican a la producción de musicales en nuestro país: Anna Rosa Cisquella, de Dagoll Dagom; Mariana Gómez Cora, de Stage Entertainment España, Joan Lluís Goas, de Stromboli y Gonzalo Mascheroni, free-lance. Resultando imposible contar con la colaboración de los productores ejecutivos de ENAMORADOS ANÓNIMOS, musical del Grupo Drive y de A, del Grupo Boomerang.

Anna Rosa Cisquella empezó en Dagoll Dagom como intérprete, pasando posteriormente a ejercer tareas de productora para la misma compañía. Entre los musicales en los que ha desarrollado su labor como productora ejecutiva destacan MAR I CEL, FLOR DE NIT, EL MIKADO, ELS PIRATES, BOSCOS ENDINS o ALOMA, la última propuesta de Dagoll Dagom actualmente de gira por Cataluña.
 
Mariana Gómez Cora ejerce su trabajo en Stage Entertainment España, filial del grupo Stage Entertainment. Los últimos espectáculos producidos por la compañía son FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE, que se representa en el Teatro Coliseum de Madrid; y LA BELLA Y LA BESTIA, actualmente en el BTM de Barcelona tras su éxito en Madrid. Otros musicales en su haber son MAMMA MIA!, HIGH SCHOOL MUSICAL o JESUCRISTO SUPERSTAR.

Por su parte, Joan Lluís Goas, presidente de Stromboli Entertainment, es el responsable de MONTY PYTHON´S SPAMALOT, en cartel en el Teatre Victòria de Barcelona desde el pasado mes de septiembre, y de GREASE, EL MUSICAL DE TU VIDA que llegó al Nuevo Teatro Alcalá de Madrid el pasado septiembre después de representarse durante más de un año en Barcelona.

Finalmente, Gonzalo Mascheroni ha ejercido tareas de producción en el West End londinense formando parte del Ambassadors Theatre Group. En nuestro país, se incorpora en el 2007, y hasta agosto del 2008, en el departamento de producción de Fila7. Su último proyecto como productor ejecutivo ha sido FRÀGIL, un musical de nueva creación que se representó durante el mes de febrero en el saT! de Barcelona. Actualmente desarrolla nuevos proyectos como free-lance.

Estos cuatro profesionales nos explican en qué consiste su trabajo, cuáles son los dotes que debe tener un productor ejecutivo y cuáles son las principales dificultades que conlleva su oficio en un campo tan difícil y arriesgado como es el teatro musical.

¿CUÁLES SON LAS FUNCIONES DE UN PRODUCTOR EJECUTIVO?
Anna Rosa Cisquella: Básicamente se trata de hacer toda la dirección de un proyecto a nivel de su ejecución, como su mismo nombre indica. Es decir, primero estudiar la viabilidad del proyecto. Después, si es viable, buscar y obtener todos los recursos económicos posibles para la producción. Y, finalmente, gestionar estos recursos. Esto es lo que se llama diseño de producción, se trata de que con los recursos que se tiene todo cuadre. A través del proyecto de producción se estipulan una serie de partidas, a las que se adjudican todo lo que está incluido en el presupuesto: contratación de personal, escenografía y decorados, contratación de actores, etc. Y luego también hay que buscar los recursos de explotación. O sea, no sólo has de buscar cómo lo vas a producir sino cómo explotarlo. Has de tener un teatro donde hacer viable el proyecto, o bien unos bolos o actuaciones que hagan que realmente sea un proyecto realizable a nivel económico.

Joan Lluís Goas: Supongo que las tareas que realiza un productor ejecutivo varían algo en cada compañía. En la nuestra, su función es la de velar para que toda producción que decidimos llevar a cabo se ajuste a un presupuesto y a un plan de negocios. Además, llevar un control sobre toda la parte de personal, de marketing, la campaña de medios y, en definitiva, todo el espectáculo.

Mariana Gómez Cora: Un productor ejecutivo se encarga de formar un equipo capaz de llevar a cabo todas las diferentes tareas de las distintas áreas que comprende un musical. Una vez hecho esto, se encarga de coordinar los equipos, hacer cumplir un calendario y un presupuesto. El orden del proceso suele ser, una vez decidida la obra: realizar un presupuesto, fijar un calendario, contratar al equipo creativo, realizar los castings y los sucesivos contratos del los artistas, realización de la escenografía, vestuario, luces y sonido...

Gonzalo Mascheroni: El productor ejecutivo como tal tiene como objetivo principal reunir los fondos necesarios para llevar a cabo la producción y asegurar la viabilidad económica del proyecto durante su explotación, sea capital privado aportado por la propia productora, sponsors o bien financiación pública. El director de producción, en contrapartida, trabaja en la articulación de todo el equipo humano involucrado en la producción, haciendo cumplir el presupuesto establecido por el productor. Es de esencial importancia el papel del Director de producción (llamado también productor delegado), sobre todo durante toda la fase de pre-producción del producto.

¿HASTA QUE PUNTO SE INVOLUCRA EL PRODUCTOR EN EL PROCESO CREATIVO DE LA OBRA?
Joan Lluís Goas: Yo, como productor, me involucro a nivel de opinión, siempre respetando a los profesionales con los que trabajo. Pero velando para que el dinero que invierten los productores llegue a buen puerto. Por un lado, los productores ponen un dinero y el productor ejecutivo se encarga de que con este dinero todo vaya bien, funcione y, si es posible, que también sea un negocio.

Mariana Gómez Cora: Depende de qué tipo de licencia sea. En cualquier caso siempre existe una implicación, pero hay veces que la licencia da más permiso a los productores para elegir al equipo creativo y decidir sobre los aspectos artísticos.

Gonzalo Mascheroni: La implicación en la parte creativa depende de la naturaleza del proyecto. Si es de creación propia tiene mucha más libertad (y el deber), de formar parte del proceso creativo. El productor es, sin duda alguna, el miembro de la producción de la obra que debe conocer mejor las necesidades de su cliente: “el público”. Decisiones que van desde el propio guión y música, hasta la elección del elenco, escenografía, etcétera.….
En el caso de que la obra sea importada, los propios contratos de derechos intelectuales, en muchos casos, nos limitan a no alterar la obra original e incluso a reproducir diseños originales, por lo que el proceso creativo es de índole absolutamente distinta.

Anna Rosa Cisquella: En mi caso, en Dagoll Dagom, siempre he estado también implicada en la parte de dirección artística, junto con Joan Lluís Bozzo y Miquel Periel. Así que, evidentemente, cuando empezamos a generar la idea yo también estoy ahí. Luego cada uno nos repartimos las diferentes parcelas: yo me encargo de la producción ejecutiva, Bozzo hace toda la dirección escénica, y Miquel hace diversas tareas, como gestionar las giras, los castings y hacer de ayudante de dirección.
Pero hay productores ejecutivos dentro del mundo del teatro que básicamente gestionan ideas de otros, no forman parte del proceso creativo. Aunque, de hecho, al final siempre hay una parte en la que te has de implicar, porque para hacer viable una idea en ocasiones la has de modificar.

ANNA, TU TRAYECTORIA HA ESTADO VINCULADA DESDE SUS INICIOS A DAGOLL DAGOM, DONDE EMPEZASTE COMO ACTRIZ. ¿CÓMO DECIDISTE DAR EL SALTO A LA PRODUCCIÓN Y QUÉ TE HA APORTADO TU EXPERIENCIA  ACTORAL EN TU FACETA DE PRODUCTORA?
Anna Rosa Cisquella: Cuando empecé en la compañía todos hacían de todo. Era como una cooperativa en la que todos hacíamos distintas tareas, porque, evidentemente, no teníamos la capacidad de contratar a más personas. Yo al principio me encargaba de la contratación y los bolos, y poco a poco cada uno fue cogiendo las parcelas para las cuales valía. Y, entonces, a la hora de negociar, de hablar con los teatros, empecé a hacerlo. Yo dejé de actuar después de GLUPS!, y ya me dediqué a la organización. También pasó que al hacer EL MIKADO, un espectáculo donde los cantantes tenían que ser mucho más especializados, nosotros ya no teníamos el nivel de canto que se necesitaba. Entonces tanto yo como Joan Lluís Bozzo dejamos la actuación. Y luego ya por las dimensiones de los proyectos, de la compañía, y también porque llevábamos muchos años de giras, fuimos cogiendo estas otras tareas.
Básicamente fue una evolución muy lenta. Y significó adquirir, a lo largo de los años, un aprendizaje a partir de la práctica.

Una escena de ALOMA

¿QUÉ CLASE DE FORMACIÓN Y QUÉ HABILIDADES SE REQUIEREN PARA EJERCER DE PRODUCTOR?
Mariana Gómez Cora: La habilidad más importante, a mi modo de entenderlo, es el manejo de personal, las relaciones humanas. El productor ha de tener una formación técnica y económica, pero lo más importante es saber gestionar a un equipo grande de gente que trabaja con la presión de una fecha de estreno y un nivel de calidad. Hay muchas personalidades diferentes implicadas en el proceso (artistas, técnicos, financieros, etcétera) y lo más importante es saber moverse entre todos ellos y hacer que se entiendan entre todos.

Gonzalo Mascheroni: En mi caso concreto, he cursado estudios de empresariales en la universidad. Es una actividad empresarial como cualquier otra. Pero es esencial, sin duda alguna, tener una sensibilidad especial por el género. En mi caso, hice de mi “hobby” mi profesión. Complementado por formación en gestión de recursos humanos y las distintas áreas técnicas que componen el sector. Sin duda alguna la mayor de las habilidades esenciales: el liderazgo.

Anna Rosa Cisquella: Creo que para ir bien un productor ha de conocer todas las áreas, y ésta es un poco la dificultad de la producción. Por ejemplo, si tú hablas con alguien encargado de la escenografía has de saber lo que es la escenografía; cuando contratas a técnicos has de entender de luz, de sonido; has de conocer a los actores, sus problemas, cómo puedes negociar con ellos, etcétera. Así que cuantos más conocimientos tengas de todas las áreas, mejor. La parte económica también es importante, pero de hecho existe la figura del contable, que es especialista y se encarga de traducir en los libros de manera específica todos los números que tú conoces en su realidad. Lo mismo pasa en todas las áreas: puedo contar con técnicos de confianza pero he de tener las nociones básicas para que cuando hable con un técnico sepa de qué me está hablando.

Joan Lluís Goas: Es algo que no se explica ni se aprende en ningún sitio, no hay escuelas de las que salgas preparado para el teatro. Sí que las hay de cine, aunque tengo mis dudas, porque se trata de una experiencia que sólo la puedes tener a medida que vas haciendo obras y cuando en ocasiones, también, te enfrentas a fracasos. La experiencia se adquiere espectáculo a espectáculo.
También es necesario muchísimo sentido común. Y una cosa que no se aprende, sino que la tienes o no la tienes: el instinto. Instinto es desde elegir esa obra que tú crees que puede funcionar, hasta llevarla a cabo con una determinada campaña de publicidad y de márketing. Desde nuestra empresa entendemos que la publicidad es una herramienta fundamental para nuestros espectáculos. Dar a conocer lo que aportas y darlo a conocer de un modo distinto.
En mi caso, probablemente, me sirve mucho el pasado que tengo en la producción tanto cinematográfica como televisiva, ya que me da un abanico muy amplio de los targets, los gustos de las personas, las tendencias...

JOAN LLUÍS, EFECTIVAMENTE, TU EXPERIENCIA COMO PRODUCTOR SE INICIÓ EN EL CAMPO AUDIOVISUAL ¿CÓMO TE INVOLUCRASTE EN LA PRODUCCIÓN DE MUSICALES?
Joan Lluís Goas: El primer musical que hice fue SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS. Me sirvió para "catar" un sector, para diversificar una parte de mi compañía que en aquel entonces era, en efecto, única y exclusivamente audiovisual. Fue un montaje que sorprendió por lo bien que funcionó, aunque era otro tipo de producción. Lo que estamos haciendo ahora es mucho más grande, pero fue a partir de este éxito que decidimos apostar por los grandes formatos musicales. Luego hice CANTANDO BAJO LA LLUVIA, que fue fatal y aquí es cuando se aprende. De los fracasos se aprende muchísimo más que de los éxitos, y quien diga lo contrario miente, y te hacen tener siempre los pies en el suelo. El siguiente espectáculo fue GREASE, EL MUSICAL DE TU VIDA, que diría que más que un éxito es un fenómeno social. Ahora mismo está en cartel en Madrid, y en Barcelona sencillamente arrasó. Creo, sinceramente, que este montaje propició una nueva apertura en la ciudad catalana del musical comercial. Y de ahí a SPAMALOT, que está ahora en el Teatre Victòria de Barcelona.

Una escena de MONTY PYTHON´S SPAMALOT

¿EL MUSICAL ES UN GÉNERO TEATRAL ESPECIALMENTE ARRIESGADO, DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO?
Gonzalo Mascheroni: El teatro musical es y debe ser puro entertainment. El público espera un espectáculo. Aglutina todas las disciplinas artísticas a la vez: el canto, la interpretación y el baile. Además de un sinfín de elementos técnicos a veces poco presentes en el teatro de texto o danza. Esto obviamente encarece la producción y la explotación sobre todo por el numeroso equipo humano involucrado. El público lo sabe, y entiende el coste de las entradas, porque van a pasar una noche especial. Si sale bien, los beneficios son espectaculares; a la vez que si fracasas, no es fácil recuperarse.

Anna Rosa Cisquella: Sí, dentro del teatro es el género más arriesgado porque es el más caro. El teatro musical técnicamente necesita de unos medios superiores. En el teatro de texto siempre hay menos gente, menos personal, menos técnicos...

Joan Lluís Goas: Sí, el teatro musical es el más arriesgado porque estás manejando unos presupuestos muy altos. La palabra "riesgo" debería ser el segundo apellido de un productor, porque estás jugando con riesgos muy elevados. Y, además, yo diría que se hace de una forma muy valiente, porque estamos en un país con una tradición limitada. Lo que funciona, perfecto, pero nunca se habla de lo que no funciona. Y son un tipo de espectáculos en los que mueves estructuras humanas y económicas muy grandes, así que realmente comporta una gran responsabilidad, tenerlo todo muy claro e intentar reducir al máximo el riesgo. El musical es una cosa, por un lado, preciosa pero por otro, muy volátil y peligrosa. Como lo es en general el teatro o cualquier espectáculo.

Mariana Gómez Cora: El teatro musical es más caro, y eso lo hace más arriesgado, pero llega mejor al público.

EN TU CASO, MARIANA, TU EMPRESA FORMA PARTE DE UNA MULTINACIONAL. ¿ESTE FACTOR FACILITA QUE EL RIESGO SEA MENOR? ¿EN QUÉ INFLUYE EN TU TRABAJO?
Mariana Gómez Cora: Facilita el hecho de tener una infraestructura más grande. Por ejemplo, un departamento administrativo, uno de prensa, marketing, etcétera. Se tiene más apoyo, ya que contamos con colegas dentro de la misma empresa que hacen nuestro mismo trabajo y a los cuales podemos consultar. Y a nivel económico, es obviamente más fácil ya que corren con la financiación.

Una escena de FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE

¿HAY CRITERIOS OBJETIVOS QUE PUEDAN GUIAR A UN PRODUCTOR PARA SABER SI UN MUSICAL SERÁ UN ÉXITO? ¿O SIEMPRE ES UN MISTERIO LO QUE FUNCIONA Y LO QUE NO?
Anna Rosa Cisquella: Pienso que siempre es un misterio. Tú puedes hacer unos estudios con los que, cada vez más, puedes realizar unas previsiones de riesgos. Porque cuanto más te estudias las cosas y más te las planteas, más sabes dónde situar el riesgo y dónde puedes perder. Pero al final siempre acaba siendo una apuesta. Hay cosas con las que sabes que el riesgo es menor, pero otras con un gran presupuesto, en las que confías mucho, te puede salir realmente bien, pero también puede ser que no enganchen. Es lo mismo que pasa con las series de televisión y con las películas. Siempre hay sorpresas. Y, de hecho, ésta es una de las gracias del teatro y de las cosas artísticas. A veces las cosas que pegan campanadas son las que menos te esperarías.

Joan Lluís Goas: Siempre hay unas modas. Hay gente que sigue estas tendencias y lo hace muy bien, porque son especialistas en esto, pero nosotros procuramos no seguir este tipo de modas, sino que intentamos pensar en algún tipo de espectáculo que tenga componentes que en ese momento puedan sorprender al espectador. Trabajamos con un género que está compuesto fundamentalmente por música en vivo, actuación en vivo y canciones en vivo. Con esta base hemos de ser lo suficientemente hábiles, divertidos, potentes y distintos como para no engañar al espectador, darle aquello que espera y, además, sorprenderle. Nuestro trabajo es el único en el cual nos examinamos cada día, en cada función. Has de estar siempre estudiando las reacciones y los gustos del espectador.

Mariana Gómez Cora: Se pueden medir muchos factores... pero al final siempre es un misterio lo que funciona y lo que no.

Gonzalo Mascheroni: En España la evolución del género ha sido muy diferente que en otros países que tienen ya una gran trayectoria. El público empieza a “educarse”, pero no se mueve por el propio género sino que lo hacen por el producto en cuestión. Las obras de creación propia son mucho más complicadas de explotar. Por el contrario, si el producto responde a un fenómeno de masas (nacional o externo), el éxito está casi asegurado. Hay que identificar las necesidades de la gente, teniendo en cuenta siempre la evolución natural de lo que se produce.

GONZALO, TÚ HAS TRABAJADO EN EL CAMPO DE LA PRODUCCIÓN EN LONDRES, UNA DE LAS CIUDADES PUNTERAS DEL GÉNERO ¿NOS PUEDES HABLAR DE TU EXPERIENCIA EN EL WEST END Y CUÁLES SON LAS MAYORES DIFERENCIAS EN LA MANERA DE TRABAJAR RESPECTO A NUESTRO PAÍS?
Gonzalo Mascheroni: Las diferencias cada vez son menos. Empresas como Stage Entertainment han dado un giro de 180º al sector. Otra manera de trabajar, que no tiene nada que envidiar al West End o Broadway. Yo tuve la gran suerte de trabajar para ATG (Ambassadors Theatre Group), propietarios de 8 teatros en el West End. El West End tiene una veintena de teatros que podríamos llamar “de los grandes”. Muchos shows que llevan en cartel largas temporadas, pero a su vez producciones grandes que vienen y se van. El flujo constante es espectacular y las oportunidades de estar involucrado en diversos proyectos también, añadiendo también otras producciones (equipos y elencos duplicados) debido al circuito de las giras en Gran Bretaña. Lo mejor que me llevo es el haber podido trabajar con grandes nombres, no solo actores sino productores, diseñadores, directores… Pero por encima de todo, aprendí que el cliente empieza a gozar de la experiencia en el momento que atraviesa la puerta del teatro. No cuando se sienta en su butaca. En España ya hay empresas que trabajan de este modo, pero queda un largo camino por recorrer. Aunque soy optimista.

Escena del musical FRÀGIL

¿CUÁL ES EL RETO MÁS DIFÍCIL QUE HABÉIS AFRONTADO EN VUESTRA TRAYECTORIA COMO PRODUCTORES?
Mariana Gómez Cora: Ha habido muchísimos... si os interesan las anécdotas hay varias: actores que se enferman o dejan la obra días antes de un estreno, escenografía que no funciona... pero al final siempre se solucionan todas, gracias al trabajo del equipo que se deja el alma en cada proyecto, y es por esto que, como he dicho antes, esa es la parte más importante: la selección de la gente y el respeto.

Gonzalo Mascheroni: Probablemente delegar a uno de los actores protagonistas el día anterior al estreno y sustituirlo por el suplente, debido a una actitud indisciplinada. El suplente no estaba al 100% preparado pero confié en que sería más apropiado que tener al titular en escena. Y salió bien.

Anna Rosa Cisquella: Iniciar un proyecto grande siempre es un reto complicado. MAR I CEL, que fue el proyecto con el que la compañía creció mucho de dimensión en cuanto a producción, fue un reto muy importante, porque al querer convertir un texto clásico en verso como el de Guimerà en musical, la gente nos preguntaba si estábamos locos. Nosotros teníamos claro lo que queríamos hacer, pero la gente no. Pensaban que era una cosa muy antigua y muy rancia. Así que costó mucho convencer a todo el mundo de que sería un buen proyecto. Por suerte, salió bien, porque si MAR I CEL hubiera salido mal hubiésemos tenido que cerrar la compañía, por todo lo que habíamos arriesgado económicamente y por toda la gente a la que habíamos embarcado. Después hicimos FLOR DE NIT y, en esa ocasión, perdimos dinero. Pero también se aprende mucho de los fracasos. Son muy duros, pero hay que pasar por ahí y saber que puedes salir adelante. Una empresa ha de saber convivir con los éxitos y con los fracasos. Saber que pueden venir y que ya los superarás. De ellos aprendes muchas cosas y has de convertir la experiencia en algo positivo. Hay que decir, también, que a veces los "fracasos" no significan fracasos artísticos, sino económicos, por tener un riesgo demasiado elevado.

Joan Lluís Goas: En el mundo del teatro, y del negocio del espectáculo en general, hay una máxima que dice "the show must go on" ("el espectáculo debe continuar"). Así que siempre pasan cosas pero nosotros tenemos la tremenda suerte de contar con un equipo lo suficientemente compacto y especializado como para que cuando se produce algo, todas las personas responsables de las distintas áreas son autónomas para resolver estos problemas. Probablemente, y no se trata de un problema puntual, sino de una situación coyuntural, lo más preocupante en estos momentos es la famosa crisis que estamos viviendo y que nos afecta a todos, porque si afecta a la población evidentemente afecta al teatro. Pero supongo que para eso estamos también, para intentar distraer y para contagiar sonrisas.