Etiqueta

reportajes


Directores musicales, la importancia de la música en directo en el teatro musical

17/12/2010
Cinco de los directores musicales más destacados de España: Julio Awad, Alfonso Casado, Sergi Cuenca, Isaac Ordóñez y Arnau Vilà nos detallan los pormenores de este perfil profesional clave para lograr un musical de calidad.

Disminuir tamaño textoAumentar tamaño texto separacio imprimir separacio enviar a un amigo separacio separacio separacio separacio

De entre los muchos profesionales que trabajan en teatro musical para asegurar el buen resultado artístico de las producciones, los directores musicales ocupan un lugar destacado. Ellos son los encargados de dar forma a toda la parte musical del espectáculo, y su labor requiere una estrecha colaboración con el equipo directivo del musical, los coreógrafos y los actores, además de los miembros de la orquesta, obviamente.

De origen argentino, Julio Awad ha tocado con destacados músicos argentinos como Juanjo Dominguez, Nestor Marconi, Juan Alberto Pugliano, Adalberto Cebasco, Mike Rivas, Carlos Marzan o Alberto Favero. En el 2000 se trasladó a España, donde ha trabajado como director musical, pianista y arreglista para musicales como LA BELLA Y LA BESTIA, MY FAIR LADY, THE PHANTOM OF THE OPERA, VICTOR VICTORIA, LOS PRODUCTORES, QUISIERA SER y GREASE. También ha trabajado como arreglista y pianista para Paloma San Basilio; y ha grabado más de 30 discos con diferentes artistas. Actualmente es director musical de AVENUE Q, que se puede ver en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid desde septiembre del 2010.

Alfonso Casado ha trabajado desde el 2004 con la productora Stage Entertainment España en musicales como EL FANTASMA DE LA ÓPERA, CATS, LOS PRODUCTORES o LA BELLA Y LA BESTIA. Desde el 2004 hasta el 2007 ocupó el puesto de asistente de la dirección musical de MAMMA MIA! en Madrid. En el 2008 fue director musical de la gira española de HIGH SCHOOL MUSICAL. Como pianista, en los años 1996, 1997 y 1998 acude a la Feria Internacional de Sevilla en Miami, compartiendo cartel con artistas como Celia Cruz, Felipe Campuzano o Manolo Carrasco. Actualmente es director musical del nuevo montaje de LOS MISERABLES estrenado en el Teatro Lope de Vega el pasado 18 de noviembre.

Sergi Cuenca ha trabajado como director musical o asistente de espectáculos como RENT, EL TEMPS DE PLANCK, NOTRE DAME DE PARIS, GAUDÍ, MAR I CEL, LA NIT DE COLE PORTER, PARADÍS, CABARET y BOSCOS ENDINS, entre otros; y ha ejercido como pianista en MAMMA MIA!. En el 2007 estrenó en el Palau de la Música de Barcelona el poema sinfónico LA PATUM. Con la compañía teatral El Musical Més Petit ha sido director musical de MOLT SOROLL X SHAKESPEARE y director musical, arreglista y pianista de OFF-BROADWAY; HEDWIGH & EL CENTÍMETRO CABREADO; MERRILLY WE ROLL ALONG; TU, JO, ELL, ELLA... I 10 ANYS MÉS...; y AQUESTS 5 ANYS. También ha participado en los dos primeros conciertos del ciclo ‘... canta todoMUSICALES’ como pianista de los artistas invitados. Sergi Cuenca es actualmente el director musical de HAIR, que estrenará en el Teatre Apolo de Barcelona el 22 de diciembre de 2010.

Isaac Ordóñez es pianista, teclista, compositor, arreglista y productor discográfico. Compositor de música y letras de cerca de 400 canciones, ha dirigido, escrito y compuesto música para corales y orquestas de cámara clásica y contemporánea. Ha acompañado y colaborado en giras en directo a artistas como Alejandro Sanz, Phill Collins, Tom Jones, Laura Pausini, Sergio Dalma, Miguel Ríos, Javier Gurruchaga, Celia Cruz, o los chicos de O.T. en su primera edición. Durante 7 años fue director musical y arreglista en el programa ‘Lo + Plus’; y se ha encargado de la dirección musical, composición y arreglos musicales de diversas galas televisivas. En el 2005 se incorporó en el equipo de Nacho Cano para realizar todos los arreglos musicales, la adaptación de las voces y la dirección musical de HOY NO ME PUEDO LEVANTAR. También ha sido director musical y arreglista del musical ES POR TI con canciones de Cómplices, representado esta temporada en el Teatro Häagen-Dazs Calderón de Madrid.

Arnau Vilà ha ejercido de director musical en los musicales FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE, TE QUIERO, ERES PERFECTO, YA TE CAMBIARÉ..., CHICAGO y MAMMA MIA! tanto en Barcelona como en Madrid. Ha sido asistente de dirección musical en GERMANS DE SANG y ÁNGELS; y pianista en WEST SIDE STORY y LOS PIRATAS DE PENZANCE. Es también compositor de bandas sonoras para teatro, danza, cine y televisión. Actualmente, después de ‘El Proyecto Youkali’ coproducido por Kamikaze Producciones y el Teatro Español, trabaja en la composición de la música para ‘Veraneantes’, el nuevo proyecto teatral de Miguel del Arco que se estrenará la próxima primavera en Madrid. Asimismo, desde el pasado mes de septiembre, se ha reincorporado a la dirección musical de MAMMA MIA!.

Todos ellos reflexionan en este reportaje acerca de su profesión: cuáles son las tareas que realizan como directores musicales, cómo se puede llegar a dedicar profesionalmente a la dirección musical, cuáles son sus referentes o qué experiencias han marcado sus trayectorias profesionales.

¿EN QUÉ CONSISTE LA LABOR DE UN DIRECTOR MUSICAL? ¿QUÉ FASES DE LA REALIZACIÓN DE UN MUSICAL ABARCA Y CON QUÉ OTROS PERFILES PROFESIONALES SE TRABAJA PARA OBTENER EL RESULTADO FINAL?
Julio Awad: La labor del director musical se divide básicamente en dos partes. La primera es el montaje de el espectáculo en sí, y la segunda la conducción y el mantenimiento del espectáculo. Cada una de estas partes tiene varias fases, desde los inicios se trabaja en comunión con el director y la producción para elaborar el espectáculo y establecer los pasos a seguir. Luego viene una de las partes más difíciles, que es el casting: encontrar el reparto adecuado a cada musical es un proceso complejo que exige tomar muchas decisiones.
En la fase de montaje se trabaja muchísimo en equipo junto con la dirección artística, coreografía, y regiduría. En concreto, en mi área intento enseñar y resolver todos los problemas musicales que haya en el montaje. Es necesario estar codo con codo con los actores individualmente para resolver todas sus dudas y que aprendan el show según nuestro concepto lo más fácilmente posible.
Luego solo queda mantener el nivel y concepto de la función.

Alfonso Casado: En teatro musical, la tarea del director musical depende mucho del tipo de producción que se vaya a realizar, aunque siempre existen unas responsabilidades “fijas” y comunes a cualquier producción. Es el encargado, principalmente, de actuar como nexo entre el elenco que está en el escenario, la orquesta que está en el foso y el jefe de regidores que manda todas las órdenes al resto de departamentos durante la representación.
Pero las labores del director musical se extienden mucho más allá del momento de la representación. Desde el proceso de casting de cantantes, en el que toma partida activa en la selección y formación de los candidatos, la preproducción del espectáculo (revisión y corrección de las adaptaciones de las letras si las hay e inclusión en las partituras, elaboración del material extra de orquesta si lo hay…) y por supuesto en el periodo de ensayos del musical, que suele ser el más duro de todos.
He dicho antes que su tarea depende del tipo de producción porque no será el mismo el enfoque que debe tener el director musical en una producción que ya se está representando en otra parte del mundo y que viene a España siendo supervisada por un equipo creativo extranjero –en cuyo caso la labor del director consiste en aprender el enfoque del supervisor musical y realizar una labor de control y mantenimiento de dicho enfoque durante la representación para que la esencia del montaje no cambie–, que una producción original –en la cual el director musical adquiere una posición más creativa que le permite dar su impronta más personal al espectáculo, ¡aunque esta impronta hay que intentar que nunca se pierda!–.
Una vez que el espectáculo está rodando, se deben preparar a los “covers” (actores del elenco que cubren papeles protagonistas o secundarios) y tenerlos al día para que estén preparados para salir. Igualmente el director musical debe estar al tanto de cómo se oye la función desde el punto de vista del espectador, así que por lo menos una vez por semana debe salir fuera, y estar en permanente comunicación con el departamento de sonido para que se oiga como se debe y todo el mundo esté a gusto trabajando y disfrutando del espectáculo.

Sergi Cuenca: El trabajo de un director musical, desde mi punto de vista, depende del espectáculo. Si es un espectáculo de creación, el trabajo empieza cuando aún se está escribiendo el espectáculo, para ver qué tipo de voces se necesitan y qué formación instrumental va a tocar en el espectáculo. A partir de aquí se organizan las audiciones con el equipo creativo y más adelante viene el montaje del espectáculo que, aparte de trabajar con actores y músicos, se trabaja codo con codo con el compositor y resto del equipo creativo para ajustar la música a la propuesta definitiva.
A veces, se compran los derechos de espectáculos que permiten hacer adaptaciones, ya sea reduciendo el número de voces o el número de músicos. En ese caso el trabajo consiste, además del montaje musical, en la adaptación de la obra para la nueva formación.
Si el espectáculo es una franquicia que viene con el equipo artístico de Londres o Nueva York, el trabajo se reduce a, durante los ensayos, ayudar al supervisor musical a montar la obra y, sobretodo, a interiorizar sus indicaciones para cuando el espectáculo se haya estrenado mantenerlo siguiendo su propuesta original. Ese trabajo es menos creativo pero es muy interesante ya que generalmente se puede trabajar con gente que han sido supervisores o directores musicales de grandes espectáculos de Broadway o el West End y su talento y experiencia aporta muchas cosas positivas.
El trabajo de un director musical, además del ya mencionado montaje de la obra, consiste en adaptar la propuesta musical a la propuesta del director y coreógrafo del espectáculo ya sea adaptando tempos, arreglando introducciones, adaptando músicas incidentales o cambiando tonalidades. Eso hace que los tres departamentos se unan bajo una misma propuesta creativa.
Una vez el espectáculo se ha estrenado, el trabajo es complejo, ya que el hecho de repetir cada día la misma música hace que generalmente los tempos se aceleren y se vayan alejando de la propuesta original, y además tanto actores como músicos vayan viciando pasajes. Yo suelo grabar la función una o dos veces por semana para comprobar que estamos manteniendo la misma propuesta y el público puede ver el montaje tal y como se ha estrenado.

Isaac Ordóñez: Lo primero que se debe tener en cuenta es que la labor de director musical viene un poco marcada por el estilo de trabajo tanto de la compañía que aborda el musical como del autor o autores del mismo, teniendo en cuenta los objetivos artísticos perseguidos. Así, cada obra requiere unos requisitos específicos dependiendo de con quien se trabaje.
Lo normal es que el director musical se encargue de preservar en su sentido más estricto el estilo que el compositor ha definido en concordancia con las exigencias del autor del libreto y para cada obra en cuestión, de modo que no se distorsione en modo alguno el espíritu, la estética y el sentido que ambos autores escribieron para la misma.
Ahora bien, algunas empresas pueden conceder mayor libertad al director musical para que éste pueda inferir su sello a la hora de interpretar la música de un autor, incluso otorgan la posibilidad de hacer cambios en los arreglos originales hasta el punto de poder mostrar un estilo personal a riesgo de cambiar completamente el resultado de la música pero con el fin de dar un aire distinto por algún motivo concreto, tal ha sido mi caso en los musicales que he tenido la posibilidad de dirigir: HOY NO ME PUEDO LEVANTAR y ES POR TI / CÓMPLICES. En el primero hice los arreglos de toda la banda para directo y la adaptación de las voces a partir de unas programaciones básicas que su autor me dio; en el segundo hice todos los arreglos desde cero tanto instrumentales como vocales, incluidas también las programaciones. Obviamente cuando el director musical coincide con la figura de arreglista de la música de la obra, la libertad de acción es mucho mayor, aparte de la satisfacción personal que ofrece poder dirigir el resultado de tus propias ideas.
En ambos casos, la figura del director musical ha de encargarse de la correcta interpretación de las partituras de todos y cada uno de los músicos que conforman la formación de que se dispone en cada obra, sea orquesta, banda de rock, banda de jazz o cualquier otra, así como la interpretación de los cantantes.
En los ensayos es normal disponer de un ayudante, ya que la cantidad de trabajo suele ser muy grande, el tiempo muy poco, las exigencias muy altas, la presión en muchos casos bastante potente y conviene delegar en gente de confianza y repartir el trabajo en equipo.
Creo que una de las cosas más complicadas a que debe enfrentarse un director musical es a la lucha contra el inevitable tedio que la rutina acaba siempre por implantar y ante lo cual y en rotundo beneficio de la obra ha de mostrarse implacable y paciente, del mismo modo que animar continuamente a todos los músicos, actores, cantantes y coristas para que se mantenga el nivel del trabajo y la ilusión siempre a lo largo del tiempo que el musical permanezca en cartelera para que no se deje nadie llevar por el deseo artístico, comprensible e inherente en los artistas, de querer cambiar lo que se viene haciendo durante demasiado tiempo y que nos acaba cansando por el hecho de estar repitiéndonos cada noche. A pesar de todo, es muy importante que el espíritu de la obra permanezca inalterable a fin de no caer en el caos y la subjetividad artística ya que si no se respeta la partitura original la obra pierde el sentido y estilo del autor y se produciría la confusión y posible decepción en el espectador que paga por lo que quiere escuchar.

Arnau Vilà: La labor de un director musical comienza cuando te proponen participar en un proyecto musical nuevo. Desde producción se crea un equipo creativo compuesto por un director artístico, un coreógrafo y un director musical. Este “trío” será el responsable de la parte artística de un musical (cada uno en su parte de responsabilidad y bajo la última palabra siempre del director artístico).
El director musical empieza a trabajar en la preparación, conocimiento, y estudio personal de la nueva partitura; características musicales y vocales de cada personaje (tipo de voz, rango vocal, estilo...); búsqueda de los diferentes personajes, en el proceso de casting, en sus distintas convocatorias, conjuntamente con dirección artística y coreografía.
Una vez definida y cerrada la compañía, empiezan los ensayos (solistas y coro): enseñar las voces y melodías, conjuntar las voces y lograr el estilo adecuado al espectáculo.
Paralelamente a este proceso, el director musical debe ir preparando la orquesta (formación y partituras): búsqueda de los músicos, ensayos con la orquesta hasta la famosa Sitzprobe, cuando por primera vez se junta la compañía con la orquesta para hacer un pase de la función.
En la entrada al teatro, el director musical debe ahora trabajar muy estrechamente con el diseñador de sonido, para lograr mayor ajuste en el sonido general del espectáculo. Asimismo, debe seguir puliendo detalles vocales y musicales, derivados de la microfonía y de la puesta en escena al mismo tiempo que toca ponerse frente la orquesta y dirigir la partitura.
Las funciones previas antes del estreno sirven para ultimar todo este trabajo previo que se mostrará a los espectadores a partir de la fecha del inicio de funciones.
Pero el trabajo de un director musical no acaba ahí, sino que ahora empieza con los ensayos de los covers (si no se ha podido empezar antes... que no acostumbra a pasar...) y el mantenimiento diario de todo este trabajo que acostumbra a durar entre mes y medio y dos meses. La rutina del día a día hace que se tengan que hacer revisiones constantes, tanto a nivel vocal como en la orquesta, para lograr el ajuste necesario que requiere tanto el respeto a la partitura como el espectáculo en general.
La relación con dirección artística, coreografía y departamento de sonido, debe ser fluida, estrecha y constante. Todos trabajamos para lograr el mismo objetivo y debemos aunar esfuerzos y entendimientos para mostrar al público el mejor espectáculo posible.
Pero el trabajo sigue... y una vez estrenado el musical, toca lidiar y solucionar posibles problemas que puedan surgir. Y surgen... Nos toca hacer de padres, tutores, psicólogos, motivadores... Es la otra cara de un director musical, igual de importante, para saber, con mucha mano izquierda, coordinar la labor personal del contacto directo y diario con los integrantes de la compañía, con la profesional de hacer cada día, la mejor función posible como si siempre fuera la primera vez.

¿QUÉ CLASE DE FORMACIÓN Y QUÉ HABILIDADES SE REQUIEREN PARA EJERCER DE DIRECTOR MUSICAL? ¿QUÉ ASPECTOS DE LA PROFESIÓN SE PUEDEN APRENDER Y CUÁLES SON INNATOS?
Julio Awad: Yo creo que para ejercer este puesto se debe tener una base musical muy solida, y sobre todo tener muy claro en nuestra cabeza el concepto del espectáculo.
Donde más se aprende es en la experiencia, yo he aprendido mucho de todos los directores con los que he trabajado en mi carrera.
Hay una cosa que es imposible de enseñar: es la musicalidad, eso hace que cada músico sea diferente a otro. Dos músicos pueden tocar la misma partitura, pero siempre suena diferente.
Uno de los aspectos fundamentales, más allá de lo musical, es el trato con los distintos profesionales que te acompañan en el espectáculo. Desde nuestra perspectiva debemos estar dispuestos en todo momento a ayudar a los artistas y diferentes departamentos que componen un show para que éste fluya, y solventar todo tipo de dudas o problemas musicales que haya durante la representación del espectáculo.

Alfonso Casado: Cuando quise formarme como director de orquesta me di cuenta que no existe un camino demasiado “ordenado” para aprender la técnica y el trabajo del director, y, como me han dicho todos mis profesores, a dirigir se aprende dirigiendo. Sin duda es indispensable tener una amplia formación musical, en mi caso estudié el grado superior de piano que en España son ¡14 años!. Tuve la suerte de tener muy buenos profesores que supieron transmitirme su amor por la música y trataron de hacérmela entender como ellos lo hacían. Tengo que destacar a María Floristán, Juan Luis Pérez y Ana Guijarro como pilares de mi formación musical y a Jesús Burguera como el maestro que me enseñó las bases de la dirección orquestal al que le debo mucho de lo que hoy puedo hacer.
Sin lugar a dudas un director de orquesta tiene que tener personalidad. En todos los sentidos. No me equivocaré al decir que probablemente muchos de los músicos de la orquesta tengan igual o más formación musical que el director, por lo que debe saber muy bien qué dice y por qué.
Personalmente opino que el director de orquesta debe reunir todas las cualidades musicales que le proporcionen las herramientas necesarias para poder transmitir lo que quiere, pero debe tener también un componente “psicológico” a la hora de dirigirse al grupo de personas que pretende dirigir que le de la “autoridad” de exigir con respeto y que sea escuchado. Como decía L. Bernstein en las entrevistas que le hicieron en el libro ‘Maestro’, “el primer día de ensayo con orquesta, sólo al subirse al podio, la orquesta ya sabe si el director que tiene delante sabrá o no hacer su trabajo”. Quizá este es el componente innato que es imposible de enseñar, aunque nunca se deja de aprender y mejorar.

Sergi Cuenca: Para mí un director musical debería de haber estudiado canto, piano, composición e instrumentación y dirección de orquesta además de dominar el lenguaje moderno de jazz y otros estilos musicales actuales. No hay nada que no se pueda aprender. El talento, la implicación y la experiencia nos ayudan a aprender todo lo que los estudios y los libros no enseñan.

Isaac Ordóñez: Siempre he pensado que ya no sólo el director musical, sino el artista en general, nace pero también se hace. La predisposición al talento supongo que viene en forma de don cuando nacemos, pero sin formación posterior se queda en diamante sin pulir. Un diamante siempre será un diamante, por supuesto, pero es difícil que se convierta en una preciosa sortija si nadie se ocupa de su engastado y pulido.
La dirección musical requiere de capacidad, de formación musical lo más completa posible que te permita conocer a fondo todos y cada uno de los instrumentos que diriges a fin de poder sacar el mayor partido posible a su sonoridad, de experiencia, de paciencia, de pasión, pero también de severa disciplina, un gran sentido de la responsabilidad, de amor por el trabajo, pero también de generosidad para hacer llegar a tus músicos las emociones que se pretenden conseguir con cada interpretación. Por supuesto siempre hay una primera vez, y en ésta es imposible reunir todas las cosas antes mencionadas, pero sí un buen puñado de ellas.
Aprender ya no sólo es la clave de la Música sino de la vida. Jamás se para de aprender porque la Música nos utiliza a su merced, nosotros sólo hacemos lo que podemos. Lo importante es dar siempre lo mejor de uno mismo. En esta profesión siempre se aprende, es imposible no hacerlo a menos que seas un necio y te cierres en banda. Precisamente es esto lo que más amo de la Música, que moriré sin haber aprendido ni la mitad de lo que pretendí en mis sueños cuando decidí entregar mi vida a esto. Igual suena un poco a romanticismo becqueriano pero así lo siento, disculpen la sensiblería de la expresión.

Arnau Vilà: Ser, o ejercer, de director musical, no deja de ser un cargo de responsabilidad dentro de la labor profesional de un músico. Un músico interpreta, con la mayor maestría posible, una partitura. Un director musical hace interpretar a una orquesta, su instrumento es la orquesta y la compañía. Hace que un grupo humano explique una historia en forma de líneas melódicas. Se trata de tener la habilidad de saber conjuntar el sonido instrumental con el vocal, y con la finalidad de explicar una historia. Se trabaja desde la partitura, pero también desde el texto. Trabajo en grupo, trabajo en equipo, para lograr un objetivo común por el bien del espectáculo. Se deben conocer aspectos técnicos y musicales. Tanto de la formación instrumental que requiere cada musical, como del instrumento que manda en el escenario: la voz. El director musical no deja de ser un líder y debe saber ejercer como tal, en su parte de responsabilidad.

¿CUÁL ES EL MAYOR RETO QUE HABÉIS AFRONTADO EN VUESTRA TRAYECTORIA COMO DIRECTOR MUSICAL?
Julio Awad: El mayor reto para mí es que el público se quede con algo de nuestro trabajo cuando salga del teatro. Para conseguir esto es necesario hacer día a día la función con mucha energía. Da igual si estás dirigiendo una sinfónica, una banda pequeña o tocando solo. El reto está en transmitir algo a los demás.

Alfonso Casado: Sin duda, LOS MISERABLES.

Sergi Cuenca: Uno de mis mayores retos como director musical ha sido el montaje y adaptación de MERRILY WE ROLL ALONG de Stephen Sondheim con la compañía El Musical Més Petit. La música de Sondheim es muy compleja, ya que el lenguaje que utiliza no es comercial y la música es muy teatral. Con eso quiero decir que hay muchos momentos que la música sigue el discurso dramático de la obra y no está escrito en formato canción. Eso hace que sea más difícil de cantar porque las melodías no son nada evidentes y para el director es más difícil de seguir ya que hay mucha música incidental que tiene que ir paralela a la acción y rítmicamente utiliza métricas y ritmos desiguales, que funcionan muy bien con la historia pero que exigen mucha concentración y técnica de dirección. A parte, en esa producción hicimos una reducción de catorce músicos a cinco. Ha sido uno de los montajes más difíciles y a la vez más bonitos.

Isaac Ordóñez: Cada proyecto que afronto supone un reto para mí, si no es así no lo asumo, es un requisito imprescindible a la hora de involucrarme en proyectos como Director Musical, por lo tanto el último que hago suele ser siempre el mayor. Además, prefiero los proyectos en los que me ocupo también de los arreglos porque supone un reto mayor y una entrega más apasionada.

Arnau Vilà: Cada espectáculo es un reto. Empezar de cero con un guión y una partitura que desconoces, es un reto. Quizás diferenciaría el tipo de proyecto si es original o es una franquicia. En una franquicia debes aprender unos conceptos y unas directrices que te vienen dadas por un equipo (normalmente extranjero) de Supervisión Musical. En ese caso, hay que conocerlas, entenderlas, aplicarlas y mantenerlas. En el caso de un proyecto original, entra un porcentaje elevado de creatividad. Tu visión de la partitura, tu punto de vista. Poder apropiarte de una partitura y sacarle el máximo provecho. El trabajo con el equipo artístico es más apasionante pues, se debate más, hay diferentes puntos de vista. El resultado, a nivel personal, es más satisfactorio porque estás mostrando al público TU interpretación de la historia. En una franquicia, el director musical reproduce la interpretación de un equipo de supervisores, y la creatividad es mucho más limitada.
Como reto personal, y pensando en lo que significó profesionalmente, me acuerdo de dos momentos. Mi debut como director musical en Madrid con el musical CHICAGO en 1999, y mi vuelta a los escenarios de Barcelona, 8 años después, con un MAMMA MIA! precedido del éxito en el Lope de Vega de Madrid.

¿PODÉIS EXPLICAR ALGUNA ANÉCDOTA O HECHO CURIOSO RELACIONADO CON VUESTRA TAREA COMO DIRECTOR MUSICAL?
Julio Awad: Las anécdotas son interminables, siempre hay algo gracioso que contar. Por norma los músicos solemos tener mucho sentido del humor. Pero creo que en un teatro las mejores bromas se hacen el día de los Santos Inocentes, ya que una orquesta o un elenco está planeando esa broma durante todo el año... Jajaja

Alfonso Casado: Bueno, anécdotas en estos años muchísimas y estando de gira por España durante 3 años, ¡más! Jaja. Profesionalmente destacaría una función de HIGH SCHOOL MUSICAL en Madrid en la que el teclista se puso enfermo entre funciones y tuve que montar su teclado encima del mío, con el que dirigía, y hacer los dos teclados a la vez mientras dirigía… muy divertido ¡y estresante! Lo más curioso es que dos años después me pasó exactamente lo mismo a mí y él (Borja Barrigüete) tuvo que hacer lo mismo que yo aquel día pero esta vez en MAMMA MIA!. Hay que manejar todas estas situaciones… ¡el espectáculo no debe parar!

Sergi Cuenca: Una de las anécdotas que más me han sorprendido fue cuando monté HEDWIG AND THE ANGRY INCH con Daniel Anglès. La música es rock puro y Daniel me sugirió coger una banda de rock o heavy estable. Encontramos un grupo que por trayectoria tenía el perfil ideal para hacer ese espectáculo pero no eran profesionales. Los integrantes del grupo se dedicaban a hacer de backliners de macro conciertos de rock. El día del primer ensayo, llegué con todas las partituras para cada músico y me preguntaron “¿Qué tenemos que hacer con eso? No sabemos leer música”. Pensé que sería imposible…. Luego me dijeron que ya se lo sabían todo, que lo habían sacado del disco original de Broadway. Les di un voto de confianza y, efectivamente, se sabían toda la obra de arriba a abajo. Lo más complicado era cuando parábamos en medio de una canción porque al no leer música no sabían dónde estaban. La energía, la ilusión y la profesionalidad de esa banda era realmente admirable. Y el resultado final fue muy bueno.

Isaac Ordóñez: Me viene a la cabeza una ocasión en que a un minuto tan sólo de empezar la obra estaba yo metido a un par de esquinas de distancia de la puerta del teatro en un tremendo atasco con mi coche y toda la compañía me esperaba nerviosa. Estuve a punto de sufrir un paro cardíaco de los nervios y empapé mi traje de sudor antes de empezar la función. Afortunadamente llegó una persona de producción maravillosa que se encargó del coche y yo me planté en mi puesto a una velocidad que aún a día de hoy me es imposible creer y con cara de como si nada hubiese pasado. Se levantó el telón con apenas 3 minutos de retraso con cambio de ropa incluido y actitud de tranquilidad similar a la de un gato pijo dormitando ante una chimenea caliente.

Arnau Vilà: Sobre todo, el buen feeling que siempre he podido disfrutar con todas la compañías con las que he trabajado, y los amigos que me he llevado. Tanto a nivel de actores y actrices, como con los músicos. Hay que utilizar el feedback constantemente para, aún teniendo el control de la situación, generar un buen ambiente de trabajo, hecho indispensable para el buen desarrollo de cualquier convivencia diaria de un musical.
Anécdotas... muchas, pero básicamente... objetos que se caen del escenario y que tu recibes en tu cara sorpresivamente..., ataques de risa difícilmente controlables. Saber solucionar rápidamente un instrumento averiado, un músico ausente por enfermedad o... porque no aparece...

DESDE LA PERSPECTIVA DE UN DIRECTOR MUSICAL, ¿CÓMO VALORÁIS LA SITUACIÓN DEL TEATRO MUSICAL EN NUESTRO PAÍS Y, MÁS CONCRETAMENTE, LA SITUACIÓN DE LA ORQUESTA Y LOS MÚSICOS?
Julio Awad: Creo que el teatro musical en España tiene un muy alto nivel a día de hoy, que se fue construyendo gracias al esfuerzo de la gente que se estuvo preparando durante estos últimos años para hacer este trabajo.
A nivel de los músicos, siempre hemos contado con músicos de primer nivel ya que interpretar la partitura de un musical es difícil, pero más difícil aún es mantener el nivel inicial en todas las funciones. Pero en este apartado voy muy tranquilo ya que en la mayoría de musicales trabajamos con un coordinador de músicos (Paco Cuenda), él se encarga de brindarnos músicos de primera línea y de que todo esté en su sitio en la orquesta.
En lo único que estoy en desacuerdo en los últimos años es la utilización de música grabada o secuencias en un musical, quizás esto es lícito para otro tipo de espectáculos, pero para el teatro musical no. El teatro está vivo, ese medio segundo que puedo tardar en marcar el próximo acorde es lo que hace que el publico sienta algo, en este género somos capaces de simular, hasta un solo instrumentista puede simular que está aunando algo grande, a veces no hace falta agregar más música para que suene más grandioso, simplemente es interpretarlo de manera correcta.

Alfonso Casado: Mi opinión no puede llegar a ser muy objetiva ya que, por suerte, he trabajado con la mejor productora de teatro musical de España desde hace 7 años, así que mi visión es bastante optimista. He tenido la suerte de compartir foso y escenario con los mejores artistas del teatro musical y los mejores músicos, compañeros y amigos. Como me dedico a esto, es una pena, pero no puedo ir mucho al teatro… así que no he podido ver todo lo que quisiera del resto de espectáculos. Me da rabia ver que determinadas productoras, aprovechando el tirón de las que lo hacen bien, presenten espectáculos no tan buenos que el público relacione con el teatro musical de calidad y devalúen el que se hace bien.
La situación de la orquesta y los músicos en general no es la mejor, ni en España ni en ningún sitio. La música es cultura deficitaria para los músicos, eso lamentablemente, es así… Stage es de las pocas productoras que se preocupan que en sus espectáculos haya músicos en directo y eso se agradece. Digan lo que digan, la música en directo se “nota” y se “siente”, ¡hasta para el menos melómano del mundo!

Sergi Cuenca: La situación del teatro musical en España creo que actualmente se encuentra en un buen momento. Desde la llegada de grandes franquicias se ha despertado el interés por parte del público y cada vez hay gente más preparada y escuelas más buenas para impartir teatro musical. Lamentablemente la situación de la orquesta y los músicos no goza de tan buena salud, ya que cada vez se reduce el número de músicos de un espectáculo cambiándolos por ordenadores que algunos creen que dan el mismo resultado. Eso no es una cosa que pasa solo en España, sino también en el resto del mundo.
A parte, en España, no existe un sindicato de músicos, eso hace que algunas veces se tenga que trabajar con condiciones económicas realmente tristes. Un músico de teatro ganaba más dinero hace diez o quince años que actualmente.

Isaac Ordóñez: Con la actual crisis devastadora que vivimos, lo cierto es que la situación no se ve demasiado halagüeña, aunque esto no es sólo en el mundo del teatro. Yo siempre he apostado y seguiré apostando por la calidad, y ahora más que nunca. En este país soy testigo continuamente de una enorme cantidad de talento, y creo que ya es hora de apostar por eso, gente fantástica, viejos y nuevos, pero siempre con talento porque creo que es lo que hará que esta profesión sobreviva y se renueve. Supongo que la crisis hará las veces de criba y puesto que hay menos dinero en todo sólo se quedará la gente que de verdad ama esta profesión y que está a las duras y a las maduras.
A modo personal quiero decir alto y claro que necesitamos hacer más musicales originales en España. Aplaudo enormemente a las empresas que asumen este riesgo porque brindan una oportunidad enorme a todos los autores que existen aquí y que están deseando exponer su talento. Somos muy nuevos en esto y se nota en los fallos de las producciones inéditas, es normal, hay que aprender a hacerlos, pero estoy seguro de que poco a poco se conseguirá hacer musicales cojonudos en este país. Sobra talento para ello pero necesitamos la valentía y confianza de productores y empresarios y, por supuesto, la respuesta del público. Estaría fenomenal que toda la gente de la profesión nos apoyáramos y evitáramos desollarnos vivos a cada nuevo estreno.
En cuanto a los músicos, jamás entenderé por qué razón tratándose de un MUSICAL los profesionales que precisamente lo hacen posible, o sea los MÚSICOS, suelen estar relegados a un segundo plano, en muchos casos escondidos en un foso descuidado (por utilizar un eufemismo) y mal acondicionado y la mayoría de las veces mal pagados. No me cabe en la cabeza, aunque existen afortunadamente honrosas excepciones, las menos, pero alguna existe.

Arnau Vilà: Deberíamos diferenciar el teatro musical con música en directo y el teatro musical con música grabada. Quizás ni nosotros mismos, sabemos darle la importancia que se merece al tener una orquesta o banda de músicos en directo. El cambio es abismal. La sensación de “directo”, de un hecho vivo e irrepetible, hace que personalmente, el reto diario de hacer la función sea con mayor responsabilidad pero también con mayor satisfacción. La orquesta es parte de la compañía, debemos hacerla más partícipe de todo lo que acontece a la compañía.
Actualmente, se ve una clara intención por parte de las productoras de hacer una breve temporada en Madrid o Barcelona, y en cambio, dedicar mucho esfuerzo a organizar largas giras. Esto es así desde hace unos años y lo que nos deriva es que los músicos deben saber antes de empezar un musical cuales son las intenciones de la productora. Nivel, lo hay. Tenemos a grandes músicos y cada vez vienen más preparados. Eso es muy bueno.
Creo que debemos seguir la línea acertada de llevar grandes producciones, grandes títulos, para que la gente que vaya al teatro vea que somos capaces de hacerlas. Pero cuidado, llevar grandes títulos implica respetar un nivel de ejecución. No vale traer un gran título y reducir drásticamente la producción. Si lo hacemos, lo hacemos bien y el público sabrá apreciarlo. Debemos seguir culturizando al público. Si lo seguimos haciendo así, tenemos público para años...

¿TENÉIS ALGÚN REFERENTE EN VUESTRA PROFESIÓN (COMPOSITOR PREFERIDO, DIRECTOR MUSICAL DE REFERENCIA...)?
Julio Awad: Suelo escuchar, tocar, y grabar mucha música de diferentes estilos, siempre de todo se aprende, y justamente esos pasajes donde aprendo son mis preferidos.

Alfonso Casado: En teatro musical tuve la oportunidad de trabajar con James May, director de LA BELLA Y LA BESTIA en Madrid hace ya 10 años, increíble músico y mejor persona; y con Seann Alderking, supervisor de MAMMA MIA! en Madrid, nunca he conocido a alguien tan meticuloso y exigente…
Recientemente he podido trabajar en el montaje de LOS MISERABLES con Dan Bowling, del que he aprendido mucho y espero poder seguir aprendiendo.
Muchos directores “clásicos” me apasionan. De los “antiguos” me quedo con Bernstein, sin duda, y de los actuales con Gustavo Dudamel. Me siento muy identificado con la manera de enfocar y hacer música que tienen y me encantaría poder aprender todo lo que pueda de su ejemplo.

Sergi Cuenca: A nivel de dirección musical, una de las personas que me ha aportado más ha sido Joan Vives. Creo que Joan es uno de los directores más completos que tenemos en este país, ya que aparte de ser muy buen director es muy buen compositor y muy buen traductor y adaptador. Es un sabio de la historia de la música y del teatro musical. Otro director que me ha enseñado mucho es Gareth Valentine, supervisor musical de CHICAGO. Gareth es uno de los supervisores musicales de más prestigio de Londres. Estrenó este verano INTO THE WOODS en el Open Air y está a punto de estrenar COMPANY. Es un músico extraordinario con una gran pedagogía.
De compositores de musicales me quedo con Albert Guinovart. He tenido el privilegio de trabajar con él en GAUDÍ, MAR I CEL y PARADÍS y es un músico muy ecléctico que sabe poner buena música en cualquier situación dramática. Si tengo que escoger compositores extranjeros me quedo con Stephen Sondheim y Jason Robert Brown.

Isaac Ordóñez: Existen maravillosos compositores de los que trato de beber incansablemente a lo largo de la historia, muertos y vivos, por citar algunos: Bach, Rachmaninov, Brahms, Satie, Bill Evans, Miles Davis, Herbie Hancock, George Gershwin, Charlie Parker, John Williams, Howard Shore, Hans Zimmer, Mike Figgis, Nina Simone, Stephen Sondheim, Leonard Bernstein, Sting, Paco de Lucía, David Peña Dorantes, Alberto Iglesias, Miguel Ángel Blanco… la lista podría ser interminable.

Arnau Vilà: Todos con los que he trabajado me han enseñado muchas cosas. Todos los músicos, supervisores, actores, actrices, regidores, técnicos, productores... todos te enseñan cosa nuevas. Los directores que vas a ver al teatro, los que ves por televisión, grabaciones, libros, reseñas... tus propios compañeros... De todos se aprende, de todos se puede aprender. No se puede ser egoísta y pensar solamente en una línea de actuación, lo bonito de esta profesión es poder abrirse y conocer constantemente nuevas técnicas...
Acostumbro a escuchar todo tipo de música, clásica y moderna. Conocer los estilos y las características de cada estilo, es fundamental para poder transmitir, tanto a la orquesta como a la compañía, la mejor línea de trabajo a seguir para lograr el estilo adecuado en cada partitura.

¿HAY ALGUNA PARTITURA QUE OS GUSTARÍA DIRIGIR ESPECIALMENTE?
Julio Awad: Toda partitura que esté hecha con concepto y desde el corazón.

Alfonso Casado: WEST SIDE STORY y cualquier musical de Sondheim en teatro musical y la quinta de Mahler, sería un sueño.

Sergi Cuenca: Me encantaría dirigir SWEENEY TODD y WEST SIDE STORY.

Isaac Ordóñez: Las que estén por venir, me dejaré sorprender.

Arnau Vilà: La próxima...

Compartir noticiaCompartir en FacebookCompartir en Google BookmarksCompartir en YahooGuardar en DeliciousCompartir en FresquiEnviar a MeneameEnviar a DiggCompartir en MySpaceCompartir en Reporter MSN

Información Relacionada




Comentarios


Para poder añadir comentarios necesitas autentificarte como usuario registrado de todoMUSICALES.

 


Todos los derechos de la propiedad intelectual de esta web y de sus elementos pertenecen a todoMUSICALES por lo que es ilegal la reproducción, reutilización,
transmisión o modificación de todo o parte del contenido sin citar la fuente original o contar con el permiso escrito de todoMUSICALES.