Tras acoger durante los últimos doce años un musical emblemático como RENT, el Nederlander Theatre de Broadway ha sido remodelado para presentar una nueva versión de GUYS & DOLLS. La obra creada en 1950 por Frank Loesser (música y letras) y Aba Burrows y Jo Swerling (libreto) representa a priori una apuesta segura de éxito, pues se trata de uno de los musicales más representativos de la sociedad norteamericana, convertido ya en un clásico del género gracias a una historia potente y a temas tan populares como "Luck Be a Lady", "I´ve Never Been In Love Before", "I´ll Know", "Adelaide´s Lament" o "Sit Down, You´re Rockin´ the Boat".

Prueba de la enorme popularidad de la que goza GUYS & DOLLS radica en el hecho que desde que se estrenó por primera vez en 1950, nunca han pasado más de 15 años sin que Broadway viera un nuevo revival del musical. El último montaje databa de 1992, en una producción protagonizada por Nathan Lane y Faith Prince que se mantuvo durante tres años en cartel.

El libreto de GUYS & DOLLS procede de unos relatos del Damon Runyon, basados en personajes reales. Los contactos del periodista y escritor norteamericano con los bajos fondos de Nueva York le proporcionaron las bases para crear las historias y personajes que aparecen en este musical. La trama de GUYS & DOLLS gira en torno a dos parejas: por un lado, la formada por Nathan Detroit, organizador de partidas de dados, y la cabaretera Adelaide, su prometida desde hace catorce años; y por otro lado está Sky Masterson, uno de los jugadores de las partidas de Detroit, con quien se apuesta que será capaz de enamorar a la puritana Sarah Brown, miembro del Ejército de Salvación.

La nueva puesta en escena de GUYS & DOLLS lleva la firma de Des McAnuff en la dirección y de Sergio Trujillo en la coreografía. Ambos formaron ya equipo en otro musical de gran éxito actualmente tanto en Broadway como en el West End, JERSEY BOYS.

McAnuff ha aportado una visión innovadora a GUYS & DOLLS, y en su tarea como director ha realizado algunas modificaciones respecto al material original. Una de las más significativas es que ha ambientado la historia dos décadas antes de lo que propone la obra original, situándola en los años 30, la época en que fueron escritas las historias de Damon Runyon. Precisamente la figura del escritor es otra de las novedades del montaje. McAnuff ha decidido incorporar a Runyon como un personaje más, a modo de homenaje al autor original de la narración. Es el citado escritor quien abre y cierra la obra: la escena de apertura, "Runyonland", muestra a Runyon delante de su máquina de escribir iniciando sus relatos acerca de unos ambientes y una ciudad que conocía muy bien. Progresivamente, el resto de la compañía aparece en escena y el mundo del Nueva York de la época cobra vida mediante una vibrante coreografía (como todas las creadas por Sergio Trujillo, quien ha hecho un excelente trabajo) que recrea el imaginario de Runyon. Del mismo modo, al concluir la historia el público ve de nuevo a Runyon tecleando `The End´ en su máquina de escribir. A lo largo de la obra, el personaje aparece intermitentemente tomando notas de todo aquello que ve y observa.

Uno de los elementos más destacados, y que a la vez ha despertado más debate de este nuevo revival de GUYS & DOLLS, es la escenografía, obra de Robert Brill. Las dimensiones relativamente pequeñas del Nederlander Theatre han obligado a situar la orquesta en la parte trasera del escenario, tras una pantalla, y a extender el área de actuación, de manera que el espacio que habitualmente ocupa el foso de la orquestra es utilizado en este montaje por los actores, que en muchas ocasiones realizan su entrada al escenario por esta zona.

Como el musical clásico que es GUYS & DOLLS, los decorados creados por Brill potencian todos los elementos típicos de los años 30 sin renunciar por ello al uso de la tecnología, logrando integrarla con total naturalidad dentro de la historia y potenciando las distintas localizaciones donde transcurre la acción. Esto se consigue mediante un gran ciclorama situado al fondo del escenario, que proyecta video-proyecciones a todo color. El diseño de las proyecciones ha ido a cargo de Dustin O´Neill.

A pesar de la espectacularidad del resultado (a destacar especialmente la secuencia que transcurre en Cuba), ha sido en esta mezcla de decorados tradicionales y virtuales donde se han centrado gran parte de las críticas negativas que ha cosechado el espectáculo. La prensa especializada ha considerado que el uso de videos con zoom y movimiento constante produce un efecto de sobrecarga que resta atención a lo verdaderamente importante: los números musicales y los intérpretes.

Este nuevo revival de GUYS & DOLLS está protagonizado por Oliver Platt como Nathan Detroit, Craig Bierko (THE MUSIC MAN) como Sky Masterson, Kate Jennings Grant como Sarah Brown y Lauren Graham como Adelaide. Graham, una de las actrices de la serie televisiva `Las chicas Gilmore´ realiza su debut en Broadway con este musical. A su lado, completan el reparto Tituss Burgess (THE LITTLE MERMAID) en el papel de Nicely-Nicely Johnson, Glenn Flesher (SPRING AWAKENING) como Big Jule, Adam Lefevre como Lt. Brannigan, Jim Ortlieb como Arvide, Steve Rosen (SPAMALOT) como Benny Southstreet y Mary Testa (XANADU) como General Cartwright. Todos ellos resuelven sus personajes con solvencia y buen hacer.

A pesar de las reseñas mayoritariamente poco positivas que ha obtenido esta versión de GUYS & DOLLS, lo cierto es que el público que asiste a las funciones se muestra entusiasmado y se divierte enormemente viendo las andanzas de los personajes de la obra. Al final, la compañía recibe grandes ovaciones con toda la audiencia puesta en pie. Los últimos datos de asistencia a los teatros de Broadway hechos públicos esta misma semana muestran una ocupación del Nederlander Theatre superior al 95%. Parece, pues, que por el momento el público se deja guiar por su propio criterio y da un voto de favor a la propuesta de Des McAnuff. Está por ver si esta tendencia se mantendrá en estos tiempos difíciles para la industria del entretenimiento y GUYS & DOLLS consigue ser fiel a su tradición en Broadway, logrando permanecer largo tiempo en cartel.

Una escena de GUYS & DOLLS