¡Qué nervios! ¡Qué nervios! ¡Qué nervios! El día 18 de septiembre sube el telón, ¡ya no hay vuelta atrás! Pero saldrá bien. Tiene que salir bien. Lo tenemos todo: un musical original que está más que bien, un buen reparto de actores, un precioso teatro que nos acoge para el estreno, y un público que nos espera… o eso espero… tenemos todo a favor, tiene que salir bien, tiene que salir bien! Pero qué nervios! ¡Qué nervios! ¡Y qué nervios!

 

En realidad el musical ya lo hemos rodado. Durante el mes de julio pasado lo representamos ya varias veces en el mismo pequeño teatro que ahora nos espera, pero por muy probado que tengas el material, son tantos los imprevistos que pueden ocurrir en el último momento que el nivel de adrenalina sólo baja cuando se cierra el telón después de la función.

 

Y sin embargo el teatro tiene algo mágico, algo especial que logra que de algún modo, al final, todo salga bien. O quizás no tan bien como quisieras, pero que todo salga, dejémoslo ahí. Además, la experiencia te enseña a reaccionar ante los imprevistos, porque a lo largo de los años te ha pasado ya de todo, y has aprendido a sacar pecho y a salvar la situación como sea.

 

Y ojo, con salvar la situación no me refiero a que puedes relajarte en los preparativos y confiar en que lograrás solucionar cualquier imprevisto. Es imprescindible haber preparado todo con esmero, haber ensayado hasta la saciedad, haber repetido una y otra vez todo el proceso de montaje y desmontaje del espectáculo, porque sólo si todos los integrantes de la compañía tenemos todo perfectamente asimilado, sólo si todos los engranajes y mecanismos están bien calibrados, lograremos dar con una solución rápida a cualquier circunstancia inesperada que se nos presente. ¡Qué nervios!

 

¿Por qué será que, haciéndonos sufrir como nos hace sufrir el teatro, nos gusta tanto y no podemos dejarlo? ¿Se trata de alguna forma de masoquismo extraño? ¿O quizás es que simplemente el subidón de la función bien hecha compensa todo lo demás? Tendré que consultarlo con mi psicoanalista.

 

Porque además, en una compañía de teatro microscópica como la nuestra, compuesta exclusivamente por tres actrices, tres actores, un director y un técnico, digamos que no tenemos un amplio equipo que se encargue de solucionar los problemas. Si se rompe una mesa, nosotros la arreglamos. Si se funde un foco, nosotros lo arreglamos. Si alguien se pone enfermo, nosotros lo arreglamos (o al menos le damos un gelocatil para que se mejore). Si un día no viene nadie de público… bueno, sin un día no viene nadie, lo arreglamos yéndonos a cenar. Y os juro que una vez nos pasó. O casi. Ya sabéis que existe esa religión llamada fútbol que en días señalados supone la ruina de restaurantes y salas de espectáculos. En fin.

 

Que venga gente. Por favor, ¡que venga gente! Tenemos que hacer promoción para que venga todo el mundo a vernos, incluso el día que haya un Barça-Madrid. Déjame que consulte en el presupuesto anual de nuestra compañía a cuánto asciende la partida dedicada a publicidad... ¡Ajá! Ya veo. Asciende a la escalofriante cifra de… ¡cero euros! ¡Magnífico! Así que si queremos publicidad en el metro, tendremos que salir por la noche con grafittis a pintar vagones. ¡Maldición! No tenemos dinero para comprar pinturas! ¿Se verá bien si pinto los vagones con un boli bic? Me tendré que pasar toda la noche…

 

¡Ya sé! Me iré a la puerta del teatro en el que hacen la Bella y la Bestia con un cartel de nuestro musical! Tengo que pintar hoy mismo el cartel con mi boli bic. ¿Alguien me deja un papel que sea bien grande? Es más, ¿alguien tiene buena letra?

 

¡Ya sé! ¡Anunciaremos por todo lo alto que vamos a seleccionar a un concursante de OT para que participe en nuestro musical! ¡Qué gran idea! Espero que su caché sea asequible para nosotros… Déjame que consulte en el presupuesto anual de nuestra compañía a cuánto asciende la partida dedicada a contratar triunfitos… ¡Ajá! Ya veo. Asciende a la escalofriante cifra de… ¡cero euros! ¡Magnífico! ¿Crees que se conformará Soraya con estas condiciones?

 

¡Ya sé! ¡Escribiré un blog en todoMUSICALES! Y así subrepticiamente voy haciendo publicidad si alguien me lee. ¡Eso sí entra en mi presupuesto! Pues allá voy: SILENCIS, una comèdia musical. A partir del 18 de septiembre, todos los viernes a las 21 horas en el Café Teatre Llantiol de Barcelona. ¡No te lo pierdas! Te va a gustar. ¡Ya lo verás! Entradas con descuento en ATRAPALO.