Tengo ya casi dos años dando clases a jóvenes actores que desean elevar su nivel en el Teatro Musical, y hay algo que siempre me ha llamado la atención y es el “MIEDO”.

Hemos aprendido en estas clases que somos nuestro propio enemigo, al momento de exponernos en público; nos juzgamos, paramos los ejercicios, nos molestamos con nosotros mismos, nos contentamos, criticamos nuestro cuerpo, nuestra voz y performance... en cortas palabras “NOS SABOTEAMOS” y durante todos los ejercicios que nos sacan de nuestra zona de confort entramos en una gran batalla con nosotros mismos.
 
Yo he preguntado numerosas veces a mis alumnos ¿a que le temen?, las respuestas mas populares son: miedo al ridículo, miedo a olvidar la letra. Entiendo que son las típicas “pesadillas de actores” pero debemos romper esas barreras y no temerle al “que dirán”. Si eso es lo que tenemos en nuestra mente al momento de salir a escena eso quiere decir que no estamos haciendo nuestro trabajo o como diría Stella Adler no estamos “Viviendo el momento”.
 
Debemos siempre recordar que el espectador paga para ver a los actores pasar por la experiencia y vivirla, si nos ponemos obstáculos al momento de estar en el escenario no solo se sabotea así mismo el actor, sino que tampoco le es fiel a su personaje, irrespetando la atención del espectador y por consecuencia concluye en una interpretación mediocre.
 
Otra cosa que aprendí, es que todos los actores y seres humanos tenemos nuestros demonios que siempre serán parte de nosotros y debemos aprender a controlarlos por el bien de los personajes que interpretamos y el nuestro; es decir no solo lidiamos con nuestros demonios pero también lidiamos con los demonios de nuestros personajes, por eso es que el actor debe aprender a llevar una vida sana física y mental. Y solo para aclarar cuando hablo de demonios me refiero también a nuestro “EGO”.
 
El actor debe siempre exponerse a cosas nuevas y diferentes, debe experimentar al máximo y estar conscientes sin juzgar, un cantante lírico no debe temer a cantar plano, un bailarín clásico no debe temerle a la danza urbana. Debemos siempre ser flexibles a todos los tipos de artes existentes para así expandir nuestro arte y crecer como seres humanos y artistas.
 
Para concluir yo siempre comparto con mis alumnos un pensamiento personal para ayudarlos a vencer esos tantos miedos que sufrimos los artistas:
 
1- El miedo siempre estará allí y solo hay que controlarlo y no dejar saber a los otros que estamos asustados.
2- Debemos usar esa energía para nuestro performance.
3- Háganse esta pregunta: ¿quieren vivir una vida sin atreverse?, ¿despertar un día arrugados y decir por que no lo hice?, ¿por que no me atreví?,
 
Yo prefiero fracasar en el intento que arrepentirme por no intentarlo.
 
- Andrea Sousa
@AndreaSousaNY